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La complicada y secretísima vida amorosa de Tom Cruise

Poco se sabe de la actual vida sentimental del astro Tom Cruise, divorciado de Nicole Kidman.

Poco se sabe de la actual vida sentimental del astro Tom Cruise, divorciado de Nicole Kidman.
Con Nicole Kidman | Cordon Press

Tom Cruise es uno de los actores cinematográficos más importantes y desde luego no se le puede discutir su visión comercial a la hora de embarcarse en todas las producciones en las que interviene, con resultados económicos extraordinarios. Otra cosa es que repita, como actor, sus habituales papeles de héroe, aun arriesgando más de una vez su físico. Ha recibido críticas adversas por ello, mas los resultados en taquilla tras sus estrenos lo mantienen hoy en día, quizás como quien más espectadores lleva a los cines, rivalizando con muy pocos colegas en ese sentido, acaso uno de ellos Harrison Ford. Su reciente película Misión imposible: Sentencia mortal, parte 1" recaudó en las primeras semanas de exhibición muchos millones de dólares. Costó rodarla doscientos noventa millones. Sin contar otros cien millones en promoción internacional. La productora tiene esperanzas de acabar con superávit. El mayor éxito económico de una película de Tom Cruise fue con Fallout, que registró un récord, la recaudación de setecientos noventa y un millones de dólares.

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En una de sus acrobacias | Archivo

La vida de Tom Cruise es apasionante. Pero tiene muchas sombras en sus pasajes íntimos: fracasos en sus tres matrimonios, cuyos divorcios le costaron una millonada; inestabilidad con otras mujeres, amantes circunstanciales. Y un pasado que lo ha perseguido siempre, como una negra leyenda que él ha intentado siempre superar, tal vez recurriendo a fingir amores apasionados con sus compañeras de rodaje, algo muy habitual, pero ocultando otros menos confesables.

Han sido varias las publicaciones norteamericanas que desde hace años han divulgado que el popular actor mantenía relaciones homosexuales. The National Esquire fue una de ellas. Insistía en sus páginas que sus esposas y amantes eran simplemente una tapadera para esconder esa condición sexual. Una novelista, Amy Shon, publicó un relato con nombres inventados donde se contaban aventuras amorosas fácilmente identificables con Tom Cruise.

La primera de sus esposas fue la actriz Mimi Rogers, entre 1983 y 1985. Pues, bien, ella, nada más divorciarse contó en la revista Playboy, donde apareció en pelotas, que su marido le hacía poco caso en la cama, aduciendo él que debía cuidar de sus atributos masculinos. Algo así como si defendiera la pureza. Entonces ¿para qué se casó? Pues precisamente porque sus agentes de publicidad en Hollywood así pudieron aconsejárselo como en otros tiempos sucedió con el manifiestamente homosexual Rock Hudson.

Otras revistas insistían en lo mismo, como McCall´s, que se atrevió también a asegurar que cuando Tom Cruise contrajo su segundo matrimonio con la actriz australiana Nicole Kidman en 1990, fue a cambio de que ella, entonces una perfecta desconocida en Hollywood, alcanzara el estrellato. Comprometiéndose, naturalmente, en no revelar la condición sexual de Tom. La boda, bien por esa razón o por otras, la celebraron en las Montañas Rocosas, Colorado, el 24 de diciembre de 1990 en el más completo secreto. Adoptarían dos niños, Isabella y Connor. La pareja se había conocido poco tiempo atrás mientras rodaban Días de trueno. Y tormentosa fue su unión, a pesar de que aparentaban ser muy felices en público. En 2001 se divorciaron, peleando a la hora de repartirse el patrimonio de la pareja, estimándose que él poseía entonces trescientos veinticinco millones de euros tras sus once años de casados, varias mansiones y dos aviones privados.

La tercera de sus esposas fue otra actriz, Katie Holmes. Con ella si fue Tom Cruise padre biológico de Suri. A pesar de que estuvieron seis años juntos, en 2012 ya no aguantaron más y pidieron el divorcio. Sólo nueve años después se conocería otra relación amorosa del galán con Hayley Atwell, coprotagonista con él en Misión Imposible 7. Entre 2021 y 2022 mantuvieron su romance. Desde entonces a nuestros días no se le han atribuido a Tom Cruise otros idilios.

Si repasamos la biografía sentimental del actor encontramos datos contradictorios sobre algunas de sus amantes. Una de ellas la espectacular estrella Rebecca de Mornay, con quien se la relacionó entre 1983 y 1985. Ella manifestó haber estado muy enamorada de él. Lo mismo afirmaría más tarde Cher, con la que Cruise estuvo un año a partir de romper con Rebecca. Después no se supo de otras actrices relevantes que supuestamente se hubieran encamado con él. Hasta que a sus brazos llegó nuestra compatriota Penélope Cruz, que a lo largo de tres años, hasta 2004, fue para él una compañera extraordinaria: hasta en una de sus visitas a Madrid, ella lo llevó a conocer a sus padres, a la modesta casa de Alcobendas.

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Con Penélope Cruz | Archivo

En lo que coinciden varias de sus esposas y novias es en la obsesión que Tom Cruise tiene por la Cienciología, una secta a la que lo llevó su primera mujer, Mimi Rogers, cuyo padre era por lo visto uno de sus fundadores. Nicole Kidman acabó "hasta el gorro" de que Tom quisiera introducirla en esa patraña religiosa. Y cuando la tercera de las esposas del actor, Katie Holmes quería separarse, fue Nicole la que le fue dando instrucciones, y entre ellas, alegar que Cruise no dejaba de presionar a las dos para que entraran en esa secta, amenazándolas para paralizar sus carreras en el cine si no le hacían caso.

Respecto a sus supuestos amantes masculinos la verdad es que la prensa norteamericana no ha podido demostrarlo, con nombres e historias, si exceptuamos que en 2015 la revista Star publicó que John Travolta estaba muy interesado en conocer a Tom Cruise. Se vieron. John se empeñó en darle lecciones para pilotar aviones. Ignoramos si esas prácticas llegaron a otras.

El pasado 3 de julio Tom Cruise cumplió 61 años. Hace uno que nada se sabe de su vida íntima. Sólo que está siempre enfrascado en nuevos proyectos cinematográficos, siempre con argumentos de aventuras, capaz de seguir rodando secuelas de Misión imposible, que lo han instalado en un lugar privilegiado del cine mundial. No es muy alto, tiene un tono de voz agudo, hay críticos que no lo consideran un actor eminente, pero por encima de todo, insistimos, están los resultados en taquilla de sus películas. Consecuencia de ello es que nada en la abundancia y Forbes sitúa su patrimonio en seiscientos millones de dólares. Podría repetir aquella frase de Oscar Wilde: "Que hablen de mí… aunque sea bien".

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