Una de las películas españolas de este verano que han tenido mayor relevancia en su estreno ha sido Mi soledad tiene alas. Al margen de su calidad como drama de barrio, no correspondiéndonos invadir el campo de la crítica, lo que en principio llamó más la atención informativa fue por dos razones: el debut como director del popular galán Mario Casas, y porque el protagonista es su hermano Óscar, que se ha revelado como una importante promesa como actor. Ambos hermanos compiten en su vida privada por ser unos "rompecorazones": en las redes sociales, en Instagram sobre todo, reciben el cariño y la admiración de sus miles de "fans". Si el primogénito vive un momento feliz, después de otras pasadas conquistas, con la actriz-guionista francesa Déborah François, Óscar Casas, tras su ruptura con una novia anterior, comparte en la actualidad amores con Candela González, que es precisamente su compañera en Mi soledad tiene alas, en el transcurso de cuyo rodaje iniciaron su bonita relación sentimental.
Los Casas son una unida familia de clase obrera, radicada en Cataluña. En el estreno de Mi soledad tiene alas en Madrid el pasado 25 de agosto, acudieron padres y hermanos, compartiendo fotografías, saludos y parabienes de amigos y espectadores. Los padres de Mario y Óscar son muy jóvenes, Ramón Casas y Heidi Sierra. Se casaron antes de ser veinteañeros. Han tenido cinco hijos; aparte de los dos mentados, los populares del clan, están Sheila, Christian (que ya han hecho también sus pinitos como actores) y el benjamín Christian, que apunta buenas maneras para seguir los pasos de sus mayores, a sus nueve años.
Óscar Casas nació en Barcelona. Este 21 de septiembre cumple veinticinco años. Desde que era un niño ya intervino en anuncios y, poco a poco fue introduciéndose en el cine, por mimetismo con su hermano Mario. Apareció en series de televisión, hasta la fecha en una veintena, por ejemplo Águila roja, entretanto, en la gran pantalla donde debutó en 2006 son quince las películas donde ha tomado parte. De protagonista, en El sueño de Iván y ahora la ya citada.
Óscar siempre quiso alternar profesionalmente con su hermano. Y ha ocurrido más de una vez. Esta última experiencia de ser Mario quien lo dirigiera ha creado entre ambos una especial unión muy emotiva. El personaje protagonista de Óscar lo escribió pensando en él. El chaval de barrio que protagoniza la historia viene a ser un trasunto de la propia adolescencia del realizador debutante. Y Óscar hubo momentos que no pudo resistir instantes en que lloraba.
Mario Casas buscó a la actriz joven que diera réplica al personaje de Óscar. El equipo de producción dio con una malagueña, Candela González, a la que en un principio la oferta de intervenir en la película no le interesaba. Su mundo es la música: rapera, cantante de un grupo de hip-hop. Tímida,, tardó en aceptar someterse a una prueba. Y a la segunda quedó elegida para su papel. Tenía que actuar con mucho temperamento. Y dio la talla. Con el personaje de Óscar tenía que rodar escenas amorosas. Y también otras de tipo delictivo. Ella, Vio, y él, Dan, grafitero en una Barcelona donde se suceden robos en joyerías.
De esa relación sentimental en Mi soledad tiene alas, Óscar y Candela se dieron cuenta de que estaban enamorándose cada día, al terminar el rodaje. Y desde entonces están muy ilusionados. Esta historia real ha cambiado en cierto modo los hábitos de Óscar Casas, que en sus primeros años juveniles era un ligón, siguiendo las pautas de Mario. Fue novio de la actriz Begoña Vargas durante dos años, y hace dos rompieron, quedando no obstante buenos amigos. Que tenga amores con Candela no significa que viva con ella: continúa en el hogar familiar.
Candela González tiene veinticinco años, unos pocos meses más que Óscar. Estudió Ciencias de la Comunicación, al margen de su vocación musical. Y ahora ya está más decidida a seguir el oficio de actriz. Con los Casas, no le será difícil.