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Nicole Kidman estaba embarazada cuando Tom Cruise la abandonó

Nicole Kidman y Tom Cruise fueron durante años uno de los matrimonios más famosos y estables de Hollywood... hasta que todo se rompió.

Nicole Kidman y Tom Cruise fueron durante años uno de los matrimonios más famosos y estables de Hollywood... hasta que todo se rompió.
Tom Cruise y Nicole Kidman | Cordon Press

La estrella cinematográfica australiana-estadounidense Nicole Kidman, de cincuenta y cinco años, tiene una biografía apasionante en la que se entrecruzan sus éxitos en la pantalla con problemas y tragedias en su vida personal. Lo peor: cuando estando embarazada de tres meses en su matrimonio con Tom Cruise, él la abandonó, dejando en ella una profunda tristeza de la que tardó en recuperarse. Historia que ambos han procurado no remover, y que tal vez ignoren muchos de los admiradores de la expareja.

Nicole Mary Kidman, hija de un psicólogo clínico y bioquímico y madre instructora de enfermería, naturales de Sidney, Australia, tuvo una infancia movida pues por la profesión paterna hubo de residir en distintas capitales. Nació en Honolulu, Hawái; luego la llevaron a Washington, pues su progenitor ocupó una plaza hospitalaria investigando el cáncer de mama; también vivió en la ciudad de sus padres. En definitiva, su vida siguió, también de mayor, un variado itinerario hasta afincarse más tiempo en Los Ángeles, donde ha transcurrido la mayoría de sus películas. Su filmografía, interesante, la han convertido en una actriz conocida mundialmente. Su patrimonio se le ha calculado en más de doscientos millones de dólares.

En sus primeros escarceos cinematográficos una especie de ejecutivo adivino le pronosticó que no llegaría nunca a nada si persistía en sus deseos de triunfar en la gran pantalla. ¿Por qué? Le razonó que, siendo muy alta, la rechazarían en todas las pruebas que se sometiera. Fallido pronóstico, que nos permitió ver cómo su carrera fue en ascenso hasta lograr los más acreditados premios internacionales, incluyendo naturalmente un Óscar: por su interpretación en 2002 en Las horas, filme donde encarnaba a una gran escritora, Virginia Woolf.

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Cruise y Kidman | Archivo

Los aficionados al cine conocen sin duda muchos otros títulos de su extensa carrera, por lo que nos ocupamos de contarles otros asuntos. Probablemente quienes hayan seguido más la existencia de Nicole Kidman en las revistas rosas, la relacionen más por su boda con un controvertido y guapo galán, Tom Cruise. No les falta razón, pues ocuparon infinidad de páginas en publicaciones románticas en las que al principio todo parecía ir de color de rosa en la pareja. Querían tener hijos, al menos el deseo de ella era la maternidad. Se lo hizo saber ella al principio cuando se conocieron e intimaron en 1989, tras conocerse en el "set" de la película Days of Thunder, que ambos protagonizaron, casándose en vísperas navideñas de 1990. Las ansias de Nicole para ser madre se estrellaron. Tras intentarlo, hubieron de recurrir a adoptar dos niños, primero Isabella y luego Connor Anthony. Todo parecía un paraíso en el hogar de las dos estrellas del cine cuando ya agonizaba el pasado siglo. Y así también dejó de existir, de pronto, el amor que ambos se profesaban.

Nicole creyó que la naturaleza la privaba de ser madre natural acostumbrada a serlo adoptiva. Y se quedó embarazada. A los tres meses, cuando ella rebosaba felicidad, recibió la más inesperada reacción de su marido: Tom Cruise dio un portazo y la abandonó. Nicole se sintió desamparada, viviendo jornadas dolorosas, que es muy posible, psíquicamente, tuvieron que repercutir en su estado de buena esperanza. Y perdió el bebé que con tanto amor e ilusión albergaba.

¿Qué les pasó a Nicole y a Tom para que sucediera esa ruptura? No es fácil saberlo nunca en casos parecidos. Cada cual contó la historia a su modo y manera. Cruise manifestó que "diferencias irreconciliables" causaron esa separación, que él mismo se encargó de anunciar a la prensa en 2001. El divorcio lo legalizaron en agosto del mismo año. Por su parte, Nicole Kidman confesó que seguía enamorada de su ex marido: "Fue siempre encantador conmigo, aún lo amo, pese a que el divorcio me conmovió".

Tom Cruise, contratos cinematográficos al margen en algunos de los cuáles se jugaba la vida, sin dobles en películas de acción, sostenía (y sigue con ese pensamiento) que debía concentrar muchos esfuerzos en la Iglesia de la Cienciología. No había logrado que Nicole se interesara por esa supuesta religión o secta, vayan ustedes a saber. Y ese desencuentro es muy posible que influyera, en parte, en el distanciamiento de la pareja. Teniendo en cuenta la formación religiosa de ella, católica desde su infancia, credo que aún sigue: "La fe católica me guía".

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Nicole Kidman | Archivo

Sin pretender inmiscuirnos en sus firmes creencias, no dejamos pasar por alto pasajes de la vida sentimental de la gran y atractiva actriz, pelirroja y tímida en su infancia y rubia generalmente ya adulta y suficientemente experimentada en su profesión y en su intimidad. Porque son varios los romances mantenidos antes y después de su divorcio de Tom Cruise.

A saber: con el actor australiano Marcus Graham, con el que convivió largo tiempo. Adrian Brody se acercó a ella una temporada, también el conocido músico Lenny Kravitz, el rapero Q-Tip, el actor Robin Williams, y otro de rostro casi barbilampiño, guapo a rabiar, Jude Law…Quizás se nos escape algún otro nombre. Hasta llegar a su última pareja, un cantautor muy conocido, especialista en el género country, Keith Urban, con quien coincidió en una gala celebrada en Los Ángeles. Casi un año convivieron en paz y armonía, decidiendo contraer matrimonio en junio de 2006. La alegría volvió al rostro a veces enigmático en la pantalla de la muy bella Nicole Kidman. Padres de dos hijas, al menos sabemos que la segunda fue por subrogación gestacional, puede asimismo que la primera también. No hemos podido confirmarlo.

Y llegamos a tiempos recientes, en los que nos hemos enterado que Nicole exhibe ahora un rostro muy cambiado. Una cuestión femenina que, cada mujer a su capricho, decide que no le gusta su jeta. En las actrices de cine es algo muy comprensible. El caso es que nuestra protagonista se ha sometido últimamente a una serie de retoques faciales, tan intensos, que si se compara su faz de ayer con la de hoy, cualquiera advertirá las diferencias en ella operadas, nunca mejor dicho. Guapa, sigue. Pero con otra estética que le habrá costado un riñón a manos de especialistas del ramo. Si algún marido nos lee y su esposa ha pasado por sesiones de cirugía similar a las de Nicole, habrá percibido el susto de la factura de la clínica. Oigan: que no soy un retrógrado, lectoras mías…

Tema más delicado en su vida privada: los dos hijos que adoptó durante su matrimonio con Tom Cruise, ya veinteañeros, hace ya bastante tiempo que no quieren saber nada con ella y se refugian sólo en el cariño que les ofrece su padre. Diríase en esa triste circunstancia que Nicole aparece "como la mala de la película". Y lo lamenta mucho.

Por lo demás, Nicole Kidman sigue en el candelabro, que dijo mi recordada miss madrileña, para mí con acierto. Así es que dado que goza de una excelente voz se ha dedicado al doblaje de una película de dibujos animados de la multinacional Netflix, "Spellbound", junto a otros actores relevantes, como Javier Bardem. También Nicole ha rodado recientemente un thriller erótico, "Babygirl" donde con su edad real, cincuentona, se enamora de un joven al que dobla en años. El cornudo en esta ocasión, su marido en el argumento, es Antonio Banderas, con su cara de no haber roto nunca un plato. Explosivo trío de una película que parece ser no podremos contemplar hasta el año que viene. Tenemos, afortunadamente, Nicole Kidman para rato.

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