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La tristeza inunda la SEMINCI

El festival ha proyectado el mismo día Ginger & Rosa, La quinta estación y Lore, tres grandes dramas que dejan al espectador tocado.

El festival ha proyectado el mismo día Ginger & Rosa, La quinta estación y Lore, tres grandes dramas que dejan al espectador tocado.

Hay días que mejor no levantarse si sabes lo que te espera, pero como somos muy disciplinados acudimos a la primera de las tres películas a la sección oficial con ciertas ganas y no por el título, soso y poco original, Ginger & Rosa.

La historia está ambientada en el Londres de los 60 durante la llamada crisis de los misiles. Allí dos amigas adolescentes (espléndida Elle Fanning que da vida a Ginger, posible candidata al premio a la interpretación) toman caminos muy distintos. Ginger abraza la causa pacifista contra la bomba nuclear.

Sin embargo, lo que verdaderamente le va a colapsar es que su mejor amiga Rosa se líe con su padre dando pie a una tensión dramática, a veces magistral, y a ratos no sabiendo muy bien lo que quiere contar. Sally Potter, su directora, ha dado un triste tono al film, cosa que hace que el cuerpo te pida que la siguiente te dé un respiro ante tanta intensidad.

¡Ay, incrédulo yo! Ya que la siguiente, la belga La quinta estación de Peter Brosens y Jessica Woodworth, nos sitúa ante un enigmático cataclismo que se cierne sobre una pequeña localidad situada en plena región de las Ardenas donde la primavera no llega, ni el verano, ni el otoño, ni nada de nada.

La naturaleza parece haber roto su sitio, los animales mueren, los habitantes cambian y todos intentan comprender el desastre que se está produciendo, incluido el espectador que no entiende nada y mira el reloj con impaciencia ante tanta morosidad gris triste, muy triste.

¿Qué más podía pasarnos que agravara nuestro estado anímico? Pues la siguiente, Lore, una coproducción entre Alemania y Reino Unido en donde vamos a vivir las desventuras de unos niños alemanes en 1945, al final de la Segunda Guerra Mundial.

Éstos emprenden un viaje hacia el norte atravesando un país devastado. La mayor del grupo, Lore, se hace cargo de sus cuatro hermanos menores, una vez que sus padres, miembros de las SS, han sido detenidos por las fuerzas aliadas.

El sufrimiento de los personajes, desde prácticamente la primera secuencia hasta el final, traspasa al espectador al que no le da ningún respiro, embargándolo de una tristeza tan fuerte que uno porque es abstemio, si no me hubiera tirado como loco a un buen Ribera. No exagero. En fin, que la organización decidió darnos el día.

Espero que este jueves alguien nos regale una sonrisa porque hasta el tiempo es triste. Llueve y llueve, ni adrede oiga. 

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