Durante la gran final de Eurovisión de este sábado, hubo un rostro entre el público que llamó especialmente la atención: Karmele Marchante. La periodista se trasladó hasta el Altice Arena en Lisboa para disfrutar de la actuación de Alfred y Amaia, representantes de España en el festival. La catalana llamó la atención de algunos eurofans que lograron capturar una imagen suya en una discoteca ataviada con la bandera española y francesa, algo que sorprende debido a las manifestaciones secesionistas a las que nos tiene acostumbrados.
La periodista ha ofrecido al portal Ecoteuve una entrevista donde ha justificado su repentino acercamiento a la bandera española: "Yo estaba en una discoteca a las 4 de la mañana. Y si has estado en una discoteca a las cuatro de la mañana, ya sabes lo que pasa. Me pusieron como dos cosas encima, que eran la bandera de Francia, la bandera de España y otra bandera que no me enteré de qué país era. Como yo cuando estoy divertida, estoy divertida y nada me importa, y me considero una mujer totalmente libre, estaba ahí bailando. Eso es todo", comenta aunque más tarde asegura que dentro del estadio no llevaba ninguna bandera.
También aprovecha para comentar la victoria de Netta, representante de Israel. A pesar de dar valor al carácter reivindicativo de la canción contra el acoso, asegura que ha cambiado su forma de pensar al descubrir el pasado de la cantante: "Ahora, después de que me he enterado de que quieren hacer Eurovisión en Jerusalén, y de que esta chica había sido militara en la marina, y lo digo así 'mi-li-ta-ra', porque es mi lenguaje feminista... ya no me gusta tanto".
"Israel ha vendido un producto. Y yo estoy en contra de la Embajada en Jerusalén y de lo que hace el estado judío con el palestino", dice también la que pudo haber sido representante de España en Eurovisión con la canción "Soy un tsunami". "En Israel sí que no me veréis", concluye.