Una semana después de comenzar su gran aventura en Supervivientes 2020, surgen malas noticias para Ana María Aldón. La mujer de José Ortega Cano se ha convertido en uno de los grandes fichajes de la edición demostrando su desparpajo frente las cámaras y sus ganas de vivir el desafío: "Ha sido llegar aquí y liberarme. Me siento liberada. Mi marido va a flipar cuando me vea cantar y bailar. Ha sido como sacar a la niña que llevo dentro. La vida real que tengo está llena de obligaciones, mi madre, el niño, muchas preocupaciones", dijo durante sus primeros días en Honduras.
Sin embargo poco podrían durarle las alegrías a la diseñadora de moda: un proceso judicial que se remonta a finales de noviembre de 2018 podría obligarla a abandonar precipitadamente el reality a finales del mes de marzo. Al parecer, Ana María Aldón habría propuesto al diseñador de su vestido de boda, Emilio Salinas, que le realizara dos vestidos a cambio de una mención en la exclusiva que la pareja vendió a la revista ¡Hola! Algo que nunca se habría producido. Además de no cumplir con su palabra, Ana María Aldón se habría apropiado de la autoría de la pieza.
El diseñador acudió a los juzgados para denunciar a Ana María Aldón y, aunque no existe un contrato físico que demuestre el acuerdo entre ambos, Salinas ha aportado dos testigos, además de conversaciones por Whatsapp e imágenes de la mujer de Ortega Cano en su taller.
Aunque intentaron llegar a un acuerdo, finalmente será la justicia la que decida si Ana María debe pagar los 9.600 euros que le reclaman por incumplimiento de contrato, tal y como publica Lecturas. La resolución de la disputa tendrá lugar a finales de marzo, en una cita en la que el juez podría reclamar la presencia de la superviviente.