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Una ruta con la que descubrir 15 ejemplos del deslumbrante Patrimonio de la Humanidad alemán

Variedad, monumentalidad, historia y muchas sorpresas en una ruta excepcional con la que podrás descubrir parte del enorme Patrimonio Mundial alemán.

Mil kilómetros de Patrimonio Mundial: castillos, ciudades y monumentos alemanes que te enamorarán

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Variedad, monumentalidad, historia y muchas sorpresas en una ruta excepcional con la que podrás descubrir parte del enorme Patrimonio Mundial alemán.
La catedral de Naumburgo, parte del Patrimonio de la Humanidad de Alemania. | Alamy

Con 52 distinciones, Alemania es el tercer país del mundo con más sitios considerados Patrimonio de la Humanidad y desde El Placer de Viajar vamos a proponer tres rutas, en otros tantos especiales que se publicarán a lo largo del año y que hacemos de la mano de Turismo de Alemania y también de la Asociación de Sitios Patrimonio de la Unesco de Alemania.

En el primero, que ya está en todas las plataformas y también en las páginas de esRadio y Libertad Digital, seguimos una ruta de unos mil kilómetros que va desde la costa del mar Báltico a Weimar, en el centro del país.

La ruta empieza en Stralsund y Wismar, dos ciudades de la Liga Hanseática fundadas en el siglo XIII que conservan intactos sus centros históricos, dos auténticas maravillas medievales con las casas de los comerciantes y edificios espectaculares como el ayuntamiento de Stralsund.

Además, tanto estas dos joyas costeras como la siguiente parada de la ruta, Lübeck, contienen una colección de impresionantes iglesias que son los mejores ejemplos del gótico de ladrillo que se generalizó en la zona durante el apogeo del Hansa.

Esta última cuenta asimismo con un casco viejo espectacular, perfectamente bien conservado y lleno de encanto y, en un edificio moderno que se integra muy bien en el antiguo puerto, está el Museo Hanseático que es el lugar perfecto para conocer la historia de esta asociación clave en la historia de Europa.

La siguiente parada de la ruta es otra ciudad hanseática, pero antes nos podemos desviar un poco y ver otra de las maravillas de Alemania que es Patrimonio Mundial: el Wadden Sea o, como se le llamaba tradicionalmente en español: el Mar de Frisia: una gran zona costera en la que las grandes mareas dejan kilómetros de superficie marina el descubierto, creando un ecosistema lleno de vida y unos lugares de una extraña pero impactante belleza.

Volviendo sobre nuestros pasos, en la también hanseática Hamburgo hay dos zonas que han sido consideradas Patrimonio de la Humanidad: Speicherstadt, la "ciudad de los almacenes", uno de los mayores complejos portuarios del mundo, con su entramado de calles, canales y puentes, y sus edificios levantados sobre pilotes de madera blanda que se construyeron entre 1885 y 1927.

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Speicherstadt, la "ciudad de los almacenes" de Hamburgo | Alamy

Además, está el barrio de Kontorhaus que cuando se edificó en la primera mitad del siglo XX era el primer distrito puramente de oficinas de Europa y tiene ejemplos fantásticos de arquitectura de la época, como la famosa Chilehaus.

En este punto otro desvío muy oportuno nos puede llevar a Hildesheim donde encontramos la iglesia de San Miguel y la Catedral de Santa María de la Asunción, dos ejemplos destacados de la arquitectura románica temprana. Las dos iglesias representan con su mobiliario el florecimiento del arte religioso en el Sacro Imperio Romano Germánico,

Patrimonio industrial

Nuestra ruta por el Patrimonio de la Humanidad alemán sigue hacia el sur y el siguiente destino es uno de esos sitios que ayuda a que este viaje tenga una variedad excepcional, ya que también nos permitirá disfrutar de un ejemplo sobresaliente de turismo industrial como son las Minas de Rammelsberg y con ellas el sistema de gestión hidráulica del Alto Harz.

Fundadas en el siglo X son una obra maestra de la minería integral, la ingeniería y la gestión del agua, ya que la explotación recibía la energía que necesitaba a través de una serie de estanques artificiales y zanjas con desagües y pozos subterráneos que en conjunto son otro milagro del ingenio humano y es considerado uno de los mayores sistemas preindustriales de suministro de energía del mundo.

Muy cerca está Goslar, con su casco antiguo medieval de estrechas callejuelas y en el que encontraremos más de 1000 casas de entramado de madera que lo convierten en una de los mejores ejemplos y escaparates de la arquitectura medieval en Alemania.

Otro de ellos es, precisamente, la siguiente parada de la ruta: Quedlinburg que a sus más de 1.300 casas de entramado de madera de hasta seis siglos de antigüedad une su muralla de 1330 y su espectacular abadía, con una de las iglesias más antiguas de Alemania que es muy conocida por su arquitectura románica y también por ser el lugar en el que en el siglo X se enterró al primer rey alemán de la dinastía Sajona, Enrique I.

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El casco viejo de Quedlinburg | Alamy

Un acontecimiento clave de la historia: Lutero

Otro ejemplo de la variedad del patrimonio alemán está en la siguiente parada de nuestra ruta: las ciudades de Eisleben y Wittenberg, que conservan los monumentos conmemorativos sobre la vida de Lutero y de su colaborador Melanchthon, cuya casa podemos ver Wittenberg.

Allí están también la habitación de Lutero, la iglesia parroquial y la iglesia del castillo en cuya puerta el 31 de octubre de 1517 el reformador clavó sus famosas noventa y cinco tesis que pusieron en marcha la Reforma, pocas veces un gesto de un hombre ha tenido tanta importancia en la historia, algo que desde luego vale la pena conocer.

Por su parte, en Eisleben se puede visitar la casa natal de Lutero, que fue declarada monumento conmemorativo ya en 1693, lo que la convierte en uno de los museos más antiguos del mundo.

Nuestra ruta tiene también algunos monumentos poco conocidos en España como la catedral de Naumburgo, que se empezó a construir en el año 1028 y se amplió en el siglo XIII para formar su característico doble coro, en el que arquitectura, esculturas y vidrieras se integran de una forma excepcionalmente creativa, convirtiéndola en un ejemplo de los más destacados Europa de la transición entre el estilo románico tardío sajón y el gótico primitivo.

Del románico a la Bauhaus

Tras más de mil kilómetros por tierras germanas nuestra ruta se acerca a otro hito de la historia de la arquitectura: la Bauhaus, la gran escuela de arquitectura, diseño y arte de los años veinte y treinta del pasado siglo, de la que salieron muchos de los arquitectos y diseñadores que han definido en buena manera cómo son los edificios, los muebles e incluso los objetos cotidianos que usamos en nuestro día a día.

En Weimar, además de la zona clásica de la ciudad que también es Patrimonio Mundial, se pueden encontrar algunos lugares muy interesantes relacionados con este movimiento estético y arquitectónico: el Museo de la Bauhaus, que ofrece una visión muy completa de lo que significó este hito cultura y cuenta con más de 300 objetos expuestos; la Haus am Horn, casa experimental que sirvió como escaparate de cómo los arquitectos imaginaban la vida y el trabajo en común en el futuro; o la antigua Academia de Bellas Artes y la Escuela de Artes y Oficios.

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La escuela de la Bauhaus en Dessau | Pixabay/CC/Tegula

Una Bauhaus a la que también podemos acercarnos, en otro desvío muy oportuno, pasando por Dessau, donde se reconstruyó el edificio que albergaba a la escuela, que es una obra fantástica de su fundador, Walter Gropius, y otras obras muy interesantes como una serie de casas unifamiliares que se construyeron para los profesores.

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