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Carta de amor

No nos quedan lágrimas

El alba de un nuevo día comienza a colarse por las láminas clareadas de la persiana del dormitorio...

Carta de amor: "No nos quedan lágrimas"

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Me levanto rápido y la cierro herméticamente para que mamá no se despierte. Apenas hace un par de horas que ha conseguido atrapar a Morfeo, un sueño inducido por los tranquilizantes que toma desde que te alejaste de nuestro lado, sin decirnos nada. Desde entonces ni tu madre ni yo hemos tenido un momento de felicidad, ya no, pero sí de esperanza. Me dirijo a la cocina y me preparo un café bien cargado, necesito coger fuerzas para poder entrar en tu cuarto sin derrumbarme y abrazar tus fotos. ¡Tantas fotos de momentos inolvidables! Mamá no hace otra cosa en todo el día que mirar tus ojos y preguntarte ¿Por qué te has ido? ¿Qué malo hemos hecho?

Hija, estando aquí, entre tus cosas, estoy cerca de ti. Cada mañana me siento en tu cama junto a tus peluches y, te parecerá una tontería, pero tengo la sensación de que ellos te echan de menos y me preguntan por ti. Tuki, tu osito preferido, parece tan triste, tirado en la cama, boca abajo. Desde bien pequeñita no consentías dormir sin él; ¿te acuerdas? Incluso teníamos que llevarlo con nosotros cuando dormíamos en casa de los abuelos.

¡Menuda rabieta cogías si se nos olvidaba! Pero al final te dormías agotada entre besos de cristal y carrozas de calabaza. Ahora abrazo su cuerpo manido y delgadito y él me trae tu aroma, el aroma de mi pequeña. ¡Si al menos supiera que estás bien y que me escuchas! Es mejor morir que no saber de ti, incertidumbre que rueda, como el agua de una noria. Espada que lentamente traspasa venas de dolor inmenso, el dolor que me causa tenerte tan lejos.

Hija mía, vendré todos los días a leerte mis cartas, y a hablarte; y con tu mano entre las mías, te diré cuánto te quiero. Sé que mis palabras no caerán en el seno del viento; y, aunque no me contestes, en tu corazón guardarás cada letra, cada sílaba, cada acento, como un tesoro que, quizás no muy tarde, nos descubrirás.

Pedro 

En Chic

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