Sentir que la vida duele si no estás conmigo, sentirme viva porque miro como pasan las horas, como pasa el tiempo y sigo aquí sentada pensando en ti. Muchos no entenderían nuestra historia, por eso no es que te esconda, pero prefiero mantenerte sólo para mí y que nadie contamine nuestro Edén, y que todo siga siendo maravilloso, aunque el combustible casi nuclear de nuestra relación sea platónico.
Te conozco muy bien aunque por la distancia no te haya tocado, y siendo sincera no creo que quisiera tocarte si es sólo para un par de días, moriría de angustia después y sería peor, no podría conformarme con esa ínfima parte de ti, te necesito universalmente, total, por y para siempre. Espero la llamada para sentir el calor de tu aliento en un maldito teléfono helado, miro y remiro tus fotos casi esperando que me hable tu imagen inmóvil.
Siento pasión por ti con el límite de una pared llamada distancia. Recuerdo de niña cuando estudiábamos Kilómetros, Hectómetros, Decámetros, metros... ¡Qué injusto! No tendrían ni si quiera que existir los milímetros entre tú y yo.
Pienso muchas veces en raptarte, ya no habría excusas, podríamos escapar y el mundo seguiría su rutina. ¿Indispensable?.. Sí, claro que lo eres, pero sólo para mí. Los demás ya se arreglarían. Así que te sueño con una maleta tirada en el suelo y corriendo para besarme, para que ya aquello que estudiábamos en matemáticas, aquello de los milímetros ya jamás exista. Seguiré pensando en la manera, amor. Y los sueños dejarán de ser eso, necesitamos que sea real, ya no quiero soñar más contigo, ¡Qué razón, Calderón!, "Los sueños... sueños son".
Marisa