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Carta de amor

Te recuerdo Amanda

Pensando en tu pregunta de por qué estoy con él, estando lo dos en ciudades diferentes, he sentido la necesidad de escribírtelo.

Aunque estamos lejos, siempre le siento cerca, además con el tiempo he adquirido el don de transportarme, y viajo con la mente a ese hotelito donde nos vemos.

Veo las paredes, la puerta del baño, la cama, siento el miedo y la duda de que quizás no vendrá. Entonces suena el móvil y escucho su voz que me dice: "estoy llegando, salgo a la calle para verlo llegar, viene sonriendo y, como en la canción de Víctor Jara, la vida es eterna en cinco minutos, los cinco minutos , te hacen florecer...

Me sonríe y me da un beso, me dice, estas muy guapa... Qué felicidad la nuestra.

Yo voy delante y entro, él detrás de mi mete su mano en mi bolsillo del pantalón, yo agarro su mano muy fuerte, el pasillo del hotel es un laberinto, muy parecido a nuestra vida, a la vida de los dos, entramos en la habitación y el mundo se queda fuera, al cerrar la puerta esa cama es un universo y nosotros dos seres felices que llenan las paredes de besos y palabras, de caricias imaginadas y recordadas, de olores y sabores antiguos y nuevos... y nada hay más allá de esa felicidad y esa cama.

Buscando sus besos recorro un camino tantas veces como palabras dichas. Alguna vez me ha llamado cuando estaba en el tren y siempre jugamos al mismo juego, un extraño me llama: dónde vas; voy a otra ciudad; qué vas a hacer... Los vecinos de asiento me miran, voy a ver a mi novio, y la palabra novio se queda tan grande en mi boca que el se ríe.. Siempre es un encuentro precioso, sin reproches sin limites, fuera del tiempo.

Prometimos llenarnos de buenos momentos y lo vamos cumpliendo, aunque no sé si hay ganadores, pero como aquella vez te dije, el que más ama siempre quiere más, y es más feliz.

Víctor Jara

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