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Carta de amor

Al niño de la nana

Dice, evocando a Miguel, ese chico que escribe tan bien en la última de Pedro J., que te alimentas con pan y sangre de cebolla...

Carta de amor: "Al niño de la nana"

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Y la cebolla macerada con azúcar hace un jarabe eficacísimo para la tos seca y alta y produce un olor peculiar y ambiguo.

Y te imagino, casi con 6, sentado en el dintel y sosteniendo horizontal ante tu boca un estupendo zoquete que te comes con ganas sorbiendo lágrimas con mocos de lágrima. Han tenido que "leerte la cartilla" porque la has liado parda tirando piedras a los gorriones de la huerta de la casa grande.Tus ropas están desgastadas pero limpias.

Tienes el pelo cortito y muy tieso que te da un aspecto de niño travieso y listo como Guillermo Brown y llevas alpargatas de esparto levantinas con cintas negras. Las alpargatas son un calzado cómodo y fresco, adecuado para los climas cálidos, que deberían reivindicarse mas y dicen que cuando el franquismo prohibieron aquella de Buñuel porque los actores usaban alpargatas.

También tu casa es limpia y espaciosa porque tiene pocas cosas. Cuando se tienen pocas cosas se es mas libre.

Y por las noches tu padre se sienta en el taburete en inclinándose sobre ti, que te refugias entre sus piernas, te lee de ese libro grande y un poco estropeado que cuenta la maravillosa historia del hombre loco que "desfacía entuertos". Y sois algo felices.

Niño querido, cuando seas grande serás lector, culto y rebelde. Niño querido me produces una enorme ternura y una gran esperanza. Niño entrañable tu estás en mi corazón.

Julia

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