Menú
Carta de amor

Un poco al vuelo

Tienes la bendita manía de sentarte a mi lado, sin avisar, y pedirme, mujer, que te lea de nuevo aquello que te escribí hace poco...

Carta de amor: "Un poco al vuelo"

El audio empezará a sonar cuando acabe el anuncio

No conformándote con menos, deseas que nunca más se me vuelva a secar la voz.

¿Cómo te diría?... Es como aquella primera sensación que tuve, que a pesar de no desearlo, escapé de mi mismo, aún muy joven y escribí aquel primer libro antes de que empezase. Sabes de lo que hablo, sí, ese mismo día que me quedé como tonto, como si me hubiese dado un aire, o un mal aire, y contesté a mis padres que no me pasaba nada, a pesar de que en ese momento, con los ojos, empecé a escribir un libro.

Cuando lo terminé, años después me puse manos a la obra, no fuese que me olvidase de decir la verdad, y lo dejé, por fin, en papel. Y rellené hoja tras hoja, como un orador mudo, a la manera de un Lisias despierto y ridículo.

Ahora te sientas muy cerca de mí, entre mis rodillas. Noto tu carne. Veo la veta que nace en tus ojos, y cuando me hablas tu voz muere mezclada junto a la emoción de estar por fin los dos tan cerca. Y yo, no sabiendo muy bien qué hacer, aturado, hablo contigo e intento besar esas palabras que salen de tu boca. Un poco al vuelo.

Estás preciosas. Lo sabes.

Cruzas las piernas.

Te late el corazón muy fuerte.

Y me pides que invente un sueño en nuestro sueño, y que ahí, huya contigo.

¡Si pudieses ver como yo te veo! ¡Si pudieses entrar en mí y advertir como intento besar cada palabra que sale de tu boca!

Entonces sentirías algo tierno y dulce, un poco al vuelo.

Claudio

0
comentarios