Alexander Skarsgård, conocido por su papel en True Blood, tuvo que hacer una dieta muy dura para lograr la musculosa figura que se le exigía para el papel de Tarzán en la nueva película de David Yates, La leyenda de Tarzán.
El actor tenía que ganar 11 kilos a base de consumir 7.000 calorías al día, tres veces más de lo aconsejable. Además, tenía que hacer dos entrenamientos de levantar peso al día. El problema no solo era todo el esfuerzo que tenía que hacer, sino que para lograr su objetivo seguía una dieta muy estricta en la que no podía comer azúcares, gluten, trigo, leche ni alcohol. Las 7.000 calorías las repartía en 6 comidas al día.
Todo este plan para conseguir el físico de Tarzán llevó al actor al límite. De hecho, cuando acabó el rodaje del filme estuvo cuatro días sin salir de la cama en los que su padre tuvo que llevarle a la habitación hasta la comida.
La Leyenda de Tarzán se estrenará el próximo 22 de julio y narra como Tarzán abandona la jungla para irse a la ciudad con su mujer Jane. Con el tiempo viaja al Congo como emisario del Parlamento, sin saber que todo es una emboscada planeada por el capitán Leon Rom.