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La muerte de Luís Llongueras, el peluquero de los famosos que implantó en España la moda Unisex

Llongueras ha fallecido por un cáncer de laringe a los 87 años.

Llongueras ha fallecido por un cáncer de laringe a los 87 años.
Luís Llongueras | Europa Press

Luís Llongueras ha muerto en Barcelona en la mañana de este 29 de mayo a los ochenta y siete años. Hace tiempo que se hizo popular en toda España, no sólo porque había creado un imperio de sucursales de su central catalana: es que protagonizó en las televisiones un "spot" donde promocionaba su arte, tijeras y peine en mano, con una voz inconfundible por su ronquera. Daba la impresión de tenerla desde siempre. Lo cierto es que ahora hemos sabido que su deceso ha sido por un cáncer de laringe. Peinó a muchos famosos, lo llamaron "el peluquero de la jet-set". En cuanto a su vida íntima tuvo dos mujeres, la segunda sin haberse separado legalmente de la primera. Llevaba doble vida, decían sus íntimos. Padre de seis hijos que ya lo habían convertido en abuelo.

Nacido en 1936 en la localidad catalana de Esparraguera, fue dueño de ciento veinte centros de belleza, la mitad de ellos en nuestro país. Hasta abrió una peluquería en la rue Saint-Honoré, de París, el primer español que lo hacía. Todos esos negocios partieron del año 1955. Su padre era modista y él ya adolescente comenzó a trabajar en un local de lujo en Barcelona familiarizándose con el oficio de peluquero, al que él dotó sin duda de un arte personal, con un método que lo convirtieron en icono para muchas mujeres. Aunque, siempre creador (y mirando entonces la peseta) resultó ser pionero en la década de los 70 de lo que se llamó "peluquería unisex". Es decir: su clientela ya era femenina y masculina. En principio, hay que suponer que los varones eran reacios a compartir sillón junto al de una señora. Por pudor, más que nada. Y para evitar también que pudieran ser tachados de homosexuales, todo hay que decirlo.

Lo cierto es que Luís Llongueras (y un hermano suyo, socio en su primera época) se forraron. Tuvo entre su clientela a personajes distinguidos como la Duquesa de Alba, la Begum del Aga Khan, incluso alguna vez nuestra reina doña Sofía. Asimismo nombres brillantes del cine y el mundo del espectáculo en general. Anecdótico fue el peinado pelopincho que creó para la locutora Julia Otero. Siempre buscaba un toque original en sus múltiples creaciones. Trató mucho a Salvador Dalí, que solía acudir a la peluquería de Luís Llongueras en la capital francesa. "Disfruté con él – contaba – y quedó muy contento cuando satisfice cuanto me había pedido: más volumen para su cabellera, cosa que le solventé con unos rulos. También llegué a crearle un bigote postizo. Y antes de morir, le corté por última vez el pelo". Siempre presto a cualquier extravagancia, Salvador colaboró con Llongueras en la fabricación de una gigantesca peluca que hoy en día se encuentra expuesta en el Museo Salvador Dalí, de Figueras, en la sala Mae West. De aquella amistad con el genio de Cadaqués surgió un libro que Luis publicó con el título de Todo lo que sé y pienso de Salvador Dalí. Resulta que este peluquero también tuvo aptitudes como escritor, pues se editaron otros volúmenes, entre ellos Carta abierta a Leo Messi, Educar a los hijos e hijas y un Portal de la vida que originó cierto escándalo, pues dedicado al sexo femenino, se interesaba en su contenido en la variedad de vulvas. Decía que de doscientas cincuenta investigadas no había dos iguales.

La verdad es que Luís Llongueras no pasó en su vida inadvertido por sus obras, entre las que se encontraban también las esculturas y las fotografías de muchos famosos que formaban parte de su clientela. Con su carisma y visión comercial, ganó mucho dinero comercializando productos de belleza y peluquería. Solía resumir su oficio con esta frase: "Yo vivo de que el pelo crece".

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Luís Llongueras | Cordon Press

Se casó con Dolores Poveda, con quien tuvo tres hijos, de los cuáles, la llamada Cristina murió en accidente de coche a los veintisiete años. Tragedia de la que Luís nunca pudo recuperarse. Mas ocurrió otro desagradable asunto: los otros dos descendientes, Esther y Adam, se enfrentaron a su padre. Es posible que a causa de la doble vida que llevaba su progenitor, como contaremos en seguida. O bien por alguna otra razón que ignoramos. El caso es que ambos enviaron un burofax a Luís Longueras en el que lo conminaban a dejarles el negocio familiar, argumentando que trabajaba poco y no se le veía el pelo (nunca mejor dicho+) por la peluquería. Un vidrioso asunto que trajo a Luís por la calle de la Amargura. Entre demandas y cruce de acusaciones, sus hijos acabaron por cerrar el asunto, indemnizándolo. Luego se rehízo con otros salones que montó en Barcelona.

Acerca de esa mencionada doble vida, se supo que Luís convivía con una dama de nombre Jocelyn Novella. Tuvo tres hijos con ella. No sé si al final pudo legalmente separarse de su primera esposa y casarse con esta segunda. Ya en esta etapa la vida de Luís Longueras fue menos activa, pese a su acostumbrada vitalidad. Un tipo simpático, por encima de otras virtudes, que acaba de dejarnos y al que muchas mujeres que pasaron por sus manos (él decía más de un millón) le quedaron siempre agradecidas.

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