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Plan de recuperación del águila imperial ibérica en Doñana

9 parejas de águilas habitan el parque de manera estable.

9 parejas de águilas habitan el parque de manera estable.
Águila imperial ibérica | Cordon Press

Los animales interactúan con la naturaleza y con otros animales, de manera que cuando una especie desaparece se origina un desequilibrio en el ecosistema. En algunos casos, la extinción de un animal desencadena la muerte indirecta de otras especies, o bien origina el efecto contrario: la superpoblación. Por eso es importante mantener un equilibrio medioambiental, que proteja la biodiversidad y garantice la supervivencia de las especies.

En España, una de las especies más amenazadas es el águila imperial ibérica, que se localiza fundamentalmente en el suroeste de la península. Eso ha llevado a las autoridades a diseñar unos planes especiales de actuación que eviten su mortandad y propicien el nacimiento de nuevos ejemplares.

En Andalucía, la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio de la Junta ha puesto en marcha 10 planes de recuperación y conservación de animales en riesgo de extinción. Por el momento 147 especies de flora y fauna están sometidas a un control especial, entre las que destacan tres especialmente significativas: el lince ibérico, el pinsapo y el águila imperial.

Los planes de recuperación están financiados con fondos públicos pero cuentan también con el apoyo de fundaciones privadas. La Fundación Banco Santander ha contribuido a recuperar y afianzar la presencia del águila imperial en el Parque de Doñana con resultados muy satisfactorios.

El Catálogo Andaluz de Especies Amenazadas recoge cerca de 600 taxones o grupos de organismos emparentados entre sí que están en riesgo de supervivencia. La mayoría de ellos son animales vertebrados terrestres, principalmente aves, pero también hay especies vegetales.

Plan de recuperación del águila imperial ibérica

El águila imperial ibérica, o Aquila adalberti, fue considerada extinta hace 60 años en diversas zonas de Andalucía, pero los planes de recuperación han conseguido reintroducirla en Doñana, Sierra Morena y la comarca de la Janda, en la provincia de Cádiz.

El águila imperial es un ave de una importancia especial. Está considerada como una "especie paraguas", es decir, comparte las mismas necesidades de hábitat que otras especies animales, no solo aves. También está sujeta a las mismas amenazas que otros grupos. Por ese motivo, las actuaciones que se realicen para preservar el águila imperial no solo tendrán un efecto positivo sobre su propio ecosistema, también favorecerán la supervivencia de otras especies y contribuirán a un aumento de la biodiversidad en la zona.

Las amenazas para la supervivencia del águila imperial abarcan distintos aspectos:

  • Falta de alimento: el águila imperial se alimenta básicamente de conejos silvestres, por lo que si estos animales escasean su posibilidad de supervivencia disminuye. Pero la población de conejos no siempre es estable. Enfermedades como la mixomatosis y la NHV (neumonía hemorrágica vírica) pueden causar estragos, al igual que la presión de la caza y la mala conservación de su hábitat natural.

  • Cebos envenenados: han provocado la muerte de más de 40 ejemplares imperiales en los últimos 8 años.

  • Peligro de electrocución: las líneas eléctricas son una de las principales causas de mortalidad de las aves. Además, afectan en número elevado a animales jóvenes en proceso de dispersión, lo que dificulta la expansión de la especie a otras zonas geográficas.

  • Pérdida de zonas donde anidar: la degradación del hábitat natural dificulta la localización de nuevos espacios para la creación de nidos. Eso lleva asociado un peligro de aislamiento y una disminución de la dispersión. En consecuencia, el águila viaja menos y se reproduce también menos.

  • Contaminación: una de las amenazas más serias para las águilas es la ingesta de animales muertos por disparo. Los perdigones de las escopetas están compuestos de plomo, que acaba incorporándose a la cadena alimenticia de las aves con consecuencias nefastas.

¿Dónde se localizan las águilas imperiales?

El águila imperial suele vivir en bosques o montes, por lo general próximos a marismas. Debido a su tamaño y robustez necesita grandes árboles para nidificar. Hasta el siglo XIX, se localizaba en el centro y sur de Portugal, gran parte de España (a excepción del norte), y el norte de África (Tánger y montañas de Rif, en Marruecos).

En el siglo XX, la población de imperiales disminuyó drásticamente. Ahora se puede encontrar en los valles del Tajo y del Tiétar, las sierras de Guadarrama y Gredos, Montes de Toledo y montes de Extremadura. En Andalucía, está presente en Sierra Morena, en el Parque Natural de Doñana, en la comarca de Janda en Cádiz y en el área de las Béticas, en las provincias de Jaén y Granada.

Actuaciones en Doñana

Las políticas de recuperación del águila imperial en Doñana, impulsadas por la Junta de Andalucía con el apoyo de la Fundación Santander, están permitiendo afianzar poco a poco la presencia de la especie. Solo en los años 2015 y 2016 se localizaron en el Parque Nacional 9 parejas de águilas, con una cría total de 15 pollos. En la actualidad, el número de parejas se mantiene estable y han nacido ya 10 nuevos pollos.

En términos globales, la población de imperial en Andalucía es de 111 parejas. Desde el año 2002 se han reintroducido en la comunidad 90 pollos, a los que se habrá que añadir las nuevas sueltas que se realizan a lo largo del año. Para mantener la recuperación de la especie las autoridades trabajan en tres líneas de actuación:

  • Recuperación de la población de conejos.

  • Aporte de alimentación suplementaria para garantizar el éxito reproductor.

  • Extensión de las especies a nuevos territorios.

El anillamiento

Para controlar con exactitud la población de águilas imperiales es preciso proceder al anillamiento de las crías antes de la suelta. La colocación de anillas es muy importante porque proporciona distintas informaciones: permite observar los movimientos del animal, analizar las tasas de mortalidad, estudiar las mudas y observar posibles cambios morfológicos.

La tarea del anillamiento la realizan agentes de medioambiente especializados en trabajos verticales y escalada, ya que los nidos están construidos a una gran altura. En Doñana está previsto el anillamiento de 7 pollos en los próximos meses.

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