La agencia SINC ha publicado que el paleontólogo, Damián E. Pérez, del Instituto Patagónico de Geología y Paleontología del CENPAT, descubrió una nueva especie en la Patagonia y decidió llamarla Discinisca Messii como un homenaje al jugador. Según Pérez, este es el primer fósil que lleva el nombre de Messi. El nombre surgió mientras preparaban la publicación científica durante la Copa del Mundo de 2022 y fue una forma de agradecer las alegrías que Messi ha brindado al pueblo argentino y al mundo del fútbol.
En 2021, un equipo de paleontólogos del Instituto Patagónico de Geología y Paleontología del CENPAT se embarcó en un estudio de la Formación Gaiman en la Patagonia argentina. Esta formación, ubicada al este de la provincia de Chubut, contiene sedimentos marinos que datan de entre 10 y 20 millones de años. Aunque la zona es conocida por sus restos fósiles de ballenas, tiburones y delfines antiguos, ha sido poco explorada en busca de fósiles de invertebrados.
Durante un estudio en la Formación Gaiman, se encontraron los restos de un braquiópodo, que son pequeños animales marinos solitarios parecidos a las almejas, aunque no están relacionados con ellas, en el Parque Paleontológico Bryn Gwyn. El aspecto vidrioso de estos fósiles, diferente a los encontrados en la zona, despertó el interés del equipo de investigadores. Se estaba celebrando en esos momentos la Copa del Mundo Qatar 2022, y los investigadores decidieron nombrar a esta nueva especie como Discinisca messii en honor al aclamado jugador, Lionel Messi.
El fósil de Discinisca Messii es un braquiópodo de aproximadamente 2.5 cm de largo. Estos animales filtradores se alimentaban de microorganismos presentes en el agua y tenían pocos depredadores, siendo presas potenciales de cangrejos y peces.
Seis meses después, durante otra campaña de exploración en el Cañadón del Puma, al norte de la ciudad de Puerto Madryn, los paleontólogos descubrieron un segundo ejemplar de braquiópodo. A nivel mundial, se han identificado alrededor de 450 especies vivas de braquiópodos, pero en el registro fósil, que abarca 500 millones de años, se estima que existen entre 12,000 y 30,000 especies. Estos pequeños animales marinos han sobrevivido a múltiples extinciones masivas y su estudio proporciona información valiosa sobre los cambios climáticos que han ocurrido en la historia del planeta. Por ejemplo, cuando los niveles de dióxido de carbono aumentaban y los océanos se volvían más ácidos, los braquiópodos tenían dificultades para desarrollar caparazones grandes y experimentaban un fenómeno temporal llamado efecto Lilliput, en el que se empequeñecían durante el evento de extinción.
Los braquiópodos raros del género Discinisca, incluyendo las especies Discinisca porvenir y Discinisca Messii, coexistieron hace aproximadamente 20 millones de años en las costas patagónicas. Estos fósiles se encontraron en sedimentos marinos que datan de ese período, cuando la costa este de Chubut estaba sumergida bajo el agua debido a un nivel del mar más alto.
El descubrimiento de esta especie única en la Patagonia ha contribuido al conocimiento de la taxonomía y la evolución de los organismos marinos. Además, los nombres curiosos y llamativos que se otorgan a las especies tienen el propósito de captar la atención del público y permitir que investigaciones científicas lleguen a un público más amplio. Estos nombres también otorgan una especie de inmortalidad a los homenajeados, al menos en el ámbito científico.