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La ley animalista blinda el negocio de los criadores de perros, los únicos satisfechos con la norma

La ley de Bienestar Animal prohíbe la cría, el comercio o la exposición de animales con fines comerciales por personas no autorizadas.

La ley de Bienestar Animal prohíbe la cría, el comercio o la exposición de animales con fines comerciales por personas no autorizadas.

La ley de Bienestar Animal que entra en vigor este viernes 29 de septiembre no ha gustado a veterinarios, a propietarios de animales exóticos, a tiendas de animales... ni siquiera a los animalistas. Sólo hay un colectivo que parece satisfecho con la norma animalista: los criadores de perros.

La norma prohíbe "la cría, el comercio o la exposición de animales con fines comerciales por personas no autorizadas", una actividad que se considera una infracción muy grave, sancionada con entre 50.001 y 200.000 euros de multa. El negocio de los centros caninos que trabajan en la cría de perros, por lo tanto, queda blindado y se convierten en los únicos que pueden vender este tipo de animales. Las tiendas de mascotas también tendrán que dejar de hacerlo, aunque tienen un año de moratoria para adaptarse a la norma.

Así lo ha asegurado José Luis Romero, gerente del centro canino El Xiquet en Torrent (Valencia), en declaraciones a Europa Press Televisión, quien ha señalado que están "muy contentos" de que "por fin alguien haya cogido el toro por los cuernos". "Se acabó el traer y vender perros de cualquier forma", ha insistido.

Romero considera que, en muchas ocasiones, no se sabía realmente cómo y donde se han criado estos animales, si el perro sale al exterior, si ve la luz del sol o si están encerrados. "Al final pagamos justos por pecadores y consideran que todos los criadores hacemos las cosas mal, que tenemos los perros en malas condiciones y no es así. Nosotros amamos a nuestros animales, porque al final es lo que nos da de comer. ¿Cómo voy a tratar yo algo mal que me está dando de comer? Todo lo contrario".

Este profesional ha señalado que antes de que entrara en vigor esta ley, había una permisividad "muy grande" en la entrada de perros desde cualquier país, y ha explicado que muchos de estos animales llegaban en furgonetas, en malas condiciones, y sin cumplir con los requisitos establecidos para la venta de perros.

"Debían venderse con mínimo con cuatro meses de edad, con la vacuna de la rabia puesta y con un microchip, y todo eso no se cumplía", ha señalado Romero, quien ha precisado que con esta nueva legislación se busca obtener una trazabilidad con la compra de los perros.

Negocio blindado

Por lo que queda "totalmente prohibido" el importar perros de fuera para su venta. "Un centro canino legal puede importar un perro para el criadero y acoplarlo como semental o perro de cría, pero para su venta está totalmente prohibido, a no ser que el perro tenga más de cuatro meses y haya pasado una cuarentena".

Con esta nueva ley, el proceso de adquisición de un perro se tendrá que hacer a través de un criadero legal que cumpla con todas las condiciones como ser un núcleo zoológico y contar con una licencia de actividad. Además, los criaderos tienen que someterse a inspecciones tanto de Sanidad como por parte del veterinario, a la vez de contar con un veterinario externo a las instalaciones que controle y sea responsable de que todo está en condiciones.

Respecto a la venta de estos animales, este profesional del cuidado animal ha indicado que en Internet hay miles de anuncios de gente que no tiene licencia de actividad y se dedica a esta actividad haciendo una competencia "desleal" hacia la gente que estamos dedicándonos "en cuerpo y alma, cumpliendo con toda la normativa y pagando nuestros impuestos".

Muchas personas, hasta ahora, han recurrido a la venta entre particulares porque el precio de un cachorro es bastante inferior al que ofrecen los criaderos, precisamente porque no cuentan con los gastos y los controles de los profesionales. De este modo, un perro de pura raza, concretamente un border collie, puede costar unos 2.000 euros en un criadero y apenas unos 300 o 400 euros si la compra se realiza a un particular.

Alternativas más baratas que un criadero

Todo aquel que haya pensado largo y tendido sobre la posibilidad de incorporar a un perro a su familia pero no quiere pagar por un pura raza de criadero, tiene otras opciones. La primera de ellas es adoptar. La segunda, es la cesión gratuita entre particulares.

En el caso de la adopción, las protectoras y centros de protección animal están obligados a entregar a las mascotas previamente esterilizadas. En el caso de que por edad o por las condiciones físicas no sea posible, obligarán a los nuevos propietarios a suscribir un compromiso de esterilización o no reproducción.

Los animales deben estar perfectamente identificados y se incluirá un contrato de adopción en el que una de las cláusulas puede incluir el derecho de la protectora a hacer un seguimiento de los animales para comprobar que se cumplen las condiciones de bienestar e higiénico-sanitarias de los animales.

La ley también especifica que la adopción no será en ningún caso objeto de transacción comercial, sin perjuicio de que se pueda solicitar la compensación de los gastos veterinarios básicos. En este sentido, muchas protectoras "obligan" a los nuevos dueños a realizar un pago encubierto en concepto de "donación" a la entidad que suele rondar entre los 50 y los 100 euros.

Con respecto a la cesión gratuita (no confundir con la adopción), la ley no dice mucho al respecto. Habrá que esperar al posterior desarrollo reglamentario. Por el momento lo único que se especifica es que debe ser gratuita y que debe ir acompañada de un contrato en el que se declare esta condición. Los perros, que deben estar perfectamente identificados, tienen que tener al menos ocho semanas de edad.

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