Un estudio científico realizado en España ha desvelado que un 18,8% de las aves silvestres que viven en entornos urbanos son portadores de Campylobacter, la causa bacteriana más frecuente de gastroenteritis en el mundo y una de las cuatro principales causas mundiales de la enfermedad diarreica. Pero, sin duda alguna, lo más alarmante del descubrimiento es que estas bacterias que viajan con las aves son resistentes a los medicamentos.
El estudio lo han realizado los investigadores Aida Mencía y María Marín de la Facultad Veterinaria de la Universidad Complutense de Madrid; Francisco Javier García del Grupo de Estudio de la Medicina y Conservación de la Fauna Silvestre (GEMAS); Fernando González y Natalia Pastor del Grupo de Rehabilitación de la Fauna Autóctona y su Hábitat (GREFA); Iratxe Pérez del Laboratorio Central de Veterinaria de Algete; y Bárbara Martín de la Universidad Europea de Madrid.
Los investigadores analizaron un total de 137 aves urbanas recluidas en un centro de rescate de vida silvestre. Un 18,8% de los individuos dieron positivo en Campylobacter. Esta bacteria tiene seis subespecies. La más frecuente en los pájaros (82,6%) es la C. jejuni, que también es la más frecuente en las enfermedades humanas. Las subespecies C. coli y C. lari se detectaron en el 4,3% de los casos.
No todos los pájaros se infectan por igual. Según el estudio, un 33% de los gorriones, urracas, jilgueros, cotorras o golondrinas (los paseriformes) son portadores de la bacteria. Entre las cigüeñas (Ciconiiformes) la prevalencia alcanzó el 17,6%, mientras que en las palomas (Columbiformes), los científicos no encontraron restos de esta bacteria.
Pero lo más alarmante que encontraron los investigadores es que la bacteria que provoca la gastroenteritis es muy resistente a los antibióticos: "A nivel mundial, Campylobacter mostró una notable resistencia a la ciprofloxacina (70,6%), la tetraciclina (64,7%) y el ácido nalidíxico (52,9%)". El estudio también añade que "la resistencia a la estreptomicina fue baja (5,8 %) y todos los aislados mostraron susceptibilidad a la eritromicina y la gentamicina".
"Aunque la prevalencia de Campylobacter fue baja, la tasa de aislamientos resistentes a los antimicrobianos es preocupante, por lo que se deberían incluir estudios similares en los programas de vigilancia de la resistencia a los antimicrobianos", subrayan.