En un proyecto web como el del Senado existen muchos costes a tener en cuenta. Aparte de los puramente burocráticos, como es la experiencia y el esfuerzo de presentarse a concursos, se deben gestionar los servidores, crear la base de datos, diseñar la web, programarla, migrar los contenidos antiguos, añadir los nuevos... No obstante, por su elevado montante, había un coste sorprendentemente alto en el proyecto de la web del Senado, que era el de las licencias de software y sumaba aproximadamente la mitad de los 437.000 euros que se pagaron en total.
El problema, que no tardaron en notar muchos especialistas en desarrollo web, es que todo ese software –por el que se pagó a empresas como Oracle– tiene alternativas de software libre que no tienen coste de licencia. Y aunque es cierto que en términos de funcionalidad puede haber diferencias importantes en algunos casos entre la opción libre y la de pago, los requisitos de esta web, que no deja de ser un gestor de contenidos no tan distinto a, por ejemplo, la mayoría de los diarios digitales, no parecen necesitar de esa funcionalidad extra.
Para demostrarlo un informático ha creado en una semana "por principios" un clon de la web del Senado, que si bien carece de la mayor parte de los contenidos, replica buena parte de la funcionalidad. Esto, naturalmente, no significa que pagando a un informático el trabajo de una semana el Senado se hubiera ahorrado más de 400.000 euros, porque falta mucho del trabajo que se ha realizado para la de verdad. Pero sí demuestra que no era necesario pagar más de 200.000 euros por las licencias.