Google House no es una casa domótica, cuyo refrigerador te advierta de que se está acabando la leche. Ni siquiera tiene el termostato o la alarma de incendios de Nest, la empresa que adquirió hace unos meses. Es más bien una exposición, que no está abierta al público en general, sobre cómo podemos usar la tecnología en numerosos aspectos de nuestra vida diaria. En concreto, cómo podemos usar la tecnología de Google, claro.
La visita comienza con lo más novedoso, una primera toma de contacto con las Google Glass, un aparato lo suficientemente distinto a la forma habitual de interactuar con la tecnología que necesitaría de mucho más tiempo para poder evaluarlo con justicia. A partir de ahí, el tour nos llevará por distintas habitaciones decoradas muy al estilo de Google, con muchos colorines. En cada una de ellas se intentará hacer uso de distintas herramientas de la empresa.
En la cocina, por ejemplo, emplean una tableta para buscar vídeos de recetas o consultar las calorías que tiene tal o cual alimento. En el salón exprimen Chromecast, el pequeño dispositivo que permite convertir cualquier televisión moderna en una Google TV conectada a nuestro móvil o tableta. En otra habitación se muestra cómo emplear Google Drive desde ordenadores Chromebook para hacer un trabajo conjunto editando el documento varias personas a la vez, y empleando el buscador y Google Cultural Institute para buscar la información. Y así con otras habitaciones y tecnologías de búsqueda.
En general, la idea es mostrar casos de uso de la vida diaria en la que la tecnología de Google, especialmente en móviles, nos puede ayudar. Más que la casa del futuro, Google House sería la casa de hoy si a cada paso empleáramos la tecnología de la que ya disponemos para hacer las cosas.