Según informa The Wall Street Journal, datos privados de cientos de miles de usuarios de la red social Google+ habrían quedado expuestos sin que la compañía lo comunicara a los afectados, aunque identificó y solucionó el problema en el mes de marzo. El diario afirma que la compañía habría guardado silencio para evitar ponerse en el punto de mira de los reguladores y por el daño que podría causar a su reputación, como si la mera supervivencia de Google+ después de siete años de fracaso no fuera suficiente.
Google ha reaccionado confirmando en esencia la información y dando detalles del problema. Según sus datos, nadie llegó a aprovecharse del agujero de seguridad, que permitía acceder a algunos detalles personales marcados como privados por el usuario. Pero también ha aprovechado la coyuntura para anunciar que en diez meses cerrará el servicio tal y como existe actualmente, citando lo poco que se utiliza: el 90% de las sesiones abiertas en Google+ duran menos de cinco segundos. Durante este tipo, hasta agosto de 2019, ofrecerá a los usuarios actuales vías para descargar la información que haya aportado a la red social.
No obstante, Google+ sobrevivirá, con cambios, como herramienta de comunicación interna de las empresas, donde los trabajadores puedan discutir en "una red social empresarial segura", una definición irónica dado que aparece en el mismo comunicado en el que reconocen haber sufrido un fallo de seguridad y no habérselo dicho a nadie hasta que lo ha destapado un periódico. En los próximos días se anunciarán más detalles sobre esta versión empresarial de la red social, que permitirá a las corporaciones precisar reglas comunes para los usuarios y controles centralizados.