Menú

Las salas de chat frente a las redes sociales

Las salas de chat concentran a día de hoy a millones de usuarios activos cada mes, que interactúan en comunidades y grupos cerrados.

Las salas de chat concentran a día de hoy a millones de usuarios activos cada mes, que interactúan en comunidades y grupos cerrados.
Freepik

Era finales de la década de 1980 cuando Jarkko Oikarinen creó el protocolo IRC (Internet Relay Chat), el que es considerado el primer chat público de la historia. Con la tecnología desarrollada, pionera en su época, permitió por primera vez a los usuarios conectarse a un servidor central y unirse a salas de chat temáticas.

Una tecnología que evolucionó en la década de los 90 cuando, gracias a la llegada de la Word Wide Web, las empresas dieron un impulso al sector con el desarrollo de las salas de chat. Las primeras se crearon en 1993, convirtiéndose rápidamente en una forma popular de comunicarse en línea.

En aquel entonces era el canal de comunicación por antonomasia para los más avanzados tecnológicamente. Muchos adultos recuerdan el momento de conectarse a internet y el sonido del módem. Estos pitidos marcaron la época para muchos y que se producían justo antes de que se pudiera navegar por la red de redes a velocidades fabulosas (ironía) de, por ejemplo 56 kbps.

Las salas de chat fueron, sin ninguna duda, las primeras comunidades online. Echando la vista atrás nos damos cuenta de cómo ha evolucionado la forma de comunicarnos digitalmente en favor de las archiconocidas redes sociales de la época actual. Sin embargo, a pesar de todo este tipo, las salas de chat aún mantienen su público. Estos espacios han sabido evolucionar para competir con las redes sociales.

¿Tienen aún vigencia y espacio las salas de chat gratis entre las nuevas generaciones de millennials y centennials habituados a TikTok e Instagram? Para analizarlo, vamos a ver cuáles son los puntos en común y diferencias que tienen estos diferentes canales de comunicación.

Características compartidas y diferencias

Si comparamos una red social establecida hoy en día como Facebook, que surgió en 2004, y un chat como el IRC observamos que ambos nacieron y se gestaron, como es lógico, en contextos tecnológicos muy distintos. Sin embargo, comparten una esencia y unos objetivos comunes, ya que fueron concebidos como plataformas pensadas para conectar a grupos con intereses afines y con el objetivo de permitir cierto intercambio social de contenidos multimedia e información personal. Además, tenían en común el hecho de que esa información se compartía en tiempo real entre los miembros.

Sin embargo, las diferencias son notables y están, principalmente, relacionadas con la publicidad de los perfiles de los usuarios. Las redes actuales facilitan e incentivan que los perfiles personales públicos sean visibles para cualquier usuario de la red, frente al anonimato o el simple uso de apodos (nicknames) que impera en los chats.

Debido a ello, las redes sociales se caracterizan por ofrecer publicaciones de los usuarios de forma abierta, haciendo que los contenidos sean visibles para todos los contactos o público general, frente a los más efímeros e íntimos intercambios multidireccionales que ocurren en un chat grupal.

Este mayor anonimato y relación entre los propios miembros de las salas de chat es lo que está permitiendo que los chat sigan estando vigentes y sean atractivos para un parte de la población. Los valores más "queridos" por los usuarios de estos espacios digitales son:

  • Un fuerte sentido de comunidad en torno a temas compartidos frente al mayor exhibicionismo o dispersión de las redes sociales.

  • Ambientes adecuados para debates colectivos rápidos, espontáneos y fluidos.

  • Una mayor sensación de intimidad y privacidad, al no quedar registros persistentes de las conversaciones salvo por el propio historial de los usuarios.

Un impacto renovado

Podría pensarse que con el avasallador auge y éxito arrollador que desde hace una década han tenido las redes sociales las antiguas salas de chat habrían quedado condenadas al olvido. Pero eso no ha sido así. Al contrario, los chats han sabido adaptarse para encontrar un nicho propio.

De hecho, las salas de chat concentran a día de hoy a millones de usuarios activos cada mes, que interactúan en comunidades y grupos cerrados en torno a temas tan diversos como sus videojuegos favoritos, series de moda o cualquier otra afición compartida. El sentido de pertenencia es, sin ninguna duda, el mayor valor de las salas chat, a lo que se suma que también cuentan con otros puntos en común con las redes sociales como por ejemplo la inmediatez.

Asimismo, hay que señalar que los chat cada vez están incorporando más tecnología para diferenciarse de las redes sociales, adaptándose a las nuevas tecnologías y gustos de sus usuarios. Así, por ejemplo, algunas salas de chat ofrecen ahora funciones como la traducción automática y la moderación de contenidos. Otras, por su lado, se están utilizando cada vez más en entornos educativos y empresariales.

Por ello, tanto las clásicas salas de chat, con sus ventajas en materia de sentido de pertenencia, como las omnipresentes redes sociales, con su inmediatez y alcance, seguirán conviviendo, adaptándose progresivamente a los gustos y demandas de cada nueva generación.

En Tecnociencia

    0
    comentarios