El neurólogo británico Oliver Sacks, autor de libros como El hombre que confundió a su mujer con un sombrero y Despertares, que fue llevado al cine con Robin Williams y Robert de Niro en los papeles principales, ha informado este jueves que fue diagnosticado de cáncer terminal mediante una carta publicada en The New York Times. En ella explica que pese a pensar que tenía buena salud, pues a sus 81 años seguía nadando kilómetro y medio todos los días, supo que un cáncer en el ojo del que fue tratado hace nueve años había metastatizado en su hígado, algo muy poco habitual. "Soy parte del desafortunado 2%", escribe.
Oliver Sacks es conocido para el gran público principalmente por dos libros en los que relata casos a los que se ha enfrentado en su carrera. Despertares, escrito en 1973, cuenta su experiencia con pacientes afectados por encefalitis letárgica al serles aplicado un nuevo medicamento, la L-dopa, que les permitió salir de su estado catatónico, para desgraciadamente regresar a él poco después. En la película homónima, estrenada en 1990, Robin Williams encarnó a su personaje y desde entonces mantuvieron una amistad que describió en su emotivo obituario publicado por The New Yorker cuando el actor se quitó la vida.
En El hombre que confundió a su mujer con un sombrero, publicado en 1985, Sacks relató 24 historias de pacientes. La que da nombre al libro es un caso de prosopagnosia, una enfermedad que provoca que de forma temporal el afectado no reconozca las cosas como lo que son. "Pareció también decidir que la visita había terminado y empezó a mirar en torno buscando el sombrero. Extendió la mano y cogió a su esposa por la cabeza intentando ponérsela. ¡Parecía haber confundido a su mujer con un sombrero! Ella daba la impresión de estar habituada a aquellos percances", escribió Sacks.
Aunque sus escritos le han convertido posiblemente en el neurólogo más famoso del mundo, también ha recibido críticas por considerar su trabajo poco riguroso, basado en anécdotas más que en un trabajo clínico cuidadoso.
En su carta de despedida, Sacks recuerda la breve autobiografía que David Hume escribió en 1776 al saber que estaba mortalmente enfermo y agradece los nueve años que ha podido sobrevivir al cáncer. "Ahora depende de mí elegir cómo quiero vivir los meses que me quedan. Tengo que vivir de la manera más rica, profunda y productiva que pueda", añade, afirmando que algo que no hará será atender a las noticias. "Estos ya no son mis problemas. Pertenecen al futuro".
Aunque reconoce tener miedo, Sacks asegura que su sentimiento principal es el de la gratitud. "Por encima de todo, he sido un ser sintiente, un animal pensante en este bello planeta, y eso en sí mismo ha sido un enorme privilegio y una aventura", concluye.