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Aumento del uso de ansiolíticos y tranquilizantes entre adolescentes

La pandemia y la sobreexposición en redes, entre otros factores, ha disparado el consumo entre adolescentes.

La pandemia y la sobreexposición en redes, entre otros factores, ha disparado el consumo entre adolescentes.
Pixabay

¿Sabías que España es el país donde más ansiolíticos se consumen en todo el mundo? Un estudio realizado por la OCU en 2022 demostraba que el país español tiene un consumo de benzodiacepinas disparado, ya que se acude a ellas como remedio para problemas de insomnio o ansiedad. De hecho, la organización denunciaba la situación revelada por este informe ya que, en la mayoría de casos, estos fármacos eran la única solución que algunos centros médicos ofrecían a sus pacientes, fomentando su consumo.

Orfidal, Trankimacin, Valium y otros tantos fármacos están en lo más alto de ventas y consumo en el país. Y eso es un serio problema, ya que poseen un alto riesgo de generar dependencia en quienes los consumen, llegando a causar adicción. De hecho, no son pocos los casos que se han visto estos años de personas necesitando tratamiento de adicciones para poder combatir los problemas que causan. La preocupación se ha disparado, eso sí, porque cada vez hay más adolescentes consumiendo este tipo de productos.

Ansiolíticos y adolescentes, un peligroso cóctel

Tal y como recogen los expertos de Adictalia.es, el aumento de estos fármacos se disparó en 2020. Las complicaciones de por aquel entonces desataron muchos casos de depresión y problemas que afectaron psicológicamente a gran parte de la población, dejando secuelas entre los más jóvenes. En pleno 2023, 1 de cada 10 personas ha tomado tranquilizantes en el último mes. Entre adolescentes, como bien recogían informes elaborados en 2022, 1 de cada 5 estudiantes de entre 14 y 18 años afirmaba haber tomado sustancias de este tipo alguna vez, y muchas veces sin ninguna prescripción médica.

¿Por qué? Es una de las grandes cuestiones. Algunas voces apuntan a que muchas veces el motivo es el uso recreativo, algo que sucede con otras sustancias como el cannabis. Los ansiolíticos y derivados desinhiben y ayudan a sentirse bien al llevar a un estado de relajación. No obstante, en otros muchos casos se debe a simple automedicación. Los adolescentes sienten ciertos síntomas que ven en familiares que consumen estos medicamentos, y deciden optar por seguir el mismo camino para solucionarlos.

También se afirma que la sobreexposición en redes sociales e internet en general crea un estado de tensión que lleva a un mayor estrés y preocupación entre los jóvenes. Frustración e incluso casos de acoso construyen un escenario que genera problemas que, en muchos casos, provoca la búsqueda de un remedio en los fármacos.

Cada vez son más los casos de jóvenes que acuden a centros de desintoxicación debido a este problema. La Prevención de adicciones es algo que debe fomentarse, ayudando no solo a entender qué son realmente estos medicamentos a los que se recurre, sino también qué provocan y cómo se puede evitar todo esto. El autorreconocimiento, la comprensión y el derribo de los tabúes que rodean a los ansiolíticos es esencial para que la población más joven pueda librarse de este problema.

Aun así, los datos son los que son, y España no deja de crecer en este frente. Un crecimiento que solo puede frenar si la población se lanza a ello.

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