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Así es la picadura de una medusa

Cada verano aumenta el número de casos de picaduras por medusas.

Las medusas tienen unas células urticantes, llamadas cnidocitos, que a su vez disponen de una cápsula con sustancias tóxicas que libera su contenido por estímulo táctil externo o por cambios en la concentración salina del entorno.

Su acción tóxica depende de la densidad de células urticantes, de la zona del cuerpo de la víctima afectada, de la superficie corporal expuesta, del tiempo de contacto, de la cantidad de toxina inyectada así como de la edad, peso y estado de salud de la persona afectada.

Las manifestaciones clínicas más comunes suelen ser el dolor agudo e inmediato, como de quemadura y/o dolor intenso en la zona afectada por el veneno.

La mayoría de las lesiones dermatológicas desaparecen de un modo espontáneo a los pocos días, aunque las molestias pueden persistir algunas semanas.

La primera medida es inactivar los cnidocitos adheridos a la zona afectada, y la extracción de restos que puedan contenerlos, aliviar el dolor y desinfectar las lesiones.

 Respecto al dolor, los farmacéuticos recomiendan la aplicación de frío y la utilización de un analgésico. Si hay complicaciones, se debe trasladar al paciente de forma inmediata al centro de primeros auxilios o a un hospital.

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