Se realiza en Valencia el primer trasplante de cara de España

Oficialmente fuentes de la Conselleria de Sanitat han señalado que no podían "ni confirmar ni desmentir" que la operación se esté efectuando, ya que "así lo marca el protocolo en este tipo de intervenciones de alto riesgo que cualquier momento, se puede suspender por complicaciones". También en el Hospital de la Fe dijeron que no podían confirmar ni desmentir que se estuviese produciendo la operación.

La cirugía, que se inició en la mañana de ayer martes, consiste primero en la extracción del rostro del donante para después proceder a la implantación al receptor, y puede durar hasta 18 horas. Por ahora no ha transcendido ninguna información sobre si ha terminado ni, por supuesto, una valoración de su resultado.

La Fe es uno de los tres hospitales españoles autorizados para realizar trasplantes de cara y el doctor Pedro Cavadas es uno de los pioneros de este tipo de operaciones.

En febrero, el doctor Cavadas aseguraba que este tipo de trasplante "se plantearía en casos extremos" por tratarse de "una cirugía muy difícil". Además, explicaba que la intervención consistiría en un trasplante microquirúrgico con reparación de todos los nervios de la cara, las arterias y venas, conductos salivares, y reconstrucción de todas las comisuras faciales.

Hasta el momento, este tipo de intervención ha sido realizada en Francia, China y Estados Unidos, y esta sería la primera de estas características que se hace en España.

"En España la población está bastante concienciada respecto a la donación de órganos", decía Cavadas, para quien mientras no existe una "emotividad" asociada a órganos internos como el corazón, riñón, pulmón o páncreas, sí la hay en donar órganos visibles como las manos o la cara.

Según Cavadas, hay partes del cuerpo que se pueden reconstruir con tejido propio como la nariz, la oreja o un labio, aunque cuando se trata de una reconstrucción de la nariz más los dos labios el resultado es mejor si se realiza un trasplante. El cirujano señalaba que la ausencia de cara tiene un impacto psicológico evidente sobre la persona: "La cara es la identidad social del individuo y su tarjeta de presentación" y sin ella "no se puede socializar de manera razonable".

Este trasplante se plantea sólo en casos "extremos", según Cavadas, para quien no hay "ninguna particularidad ética o moral" en conseguir que un órgano vital para la vida social como es la cara, pueda ser transferido quirúrgicamente de un cadáver donante a una persona sin cara.