Desde su creación a manos del juguetero norteamericano Clem Heeden en 1987, los Micro Machines no ha pasado precisamente desapercibidos para el universo del videojuego. En 1991 se presentaba el primero de los muchos títulos basados en los icónicos juguetes, que han disfrutado muchísimos usuarios durante diferentes generaciones de consolas.
Sin embargo, las producciones basadas en los mini coches de Hasbro tuvieron su mejor momento en la ya lejana década de los noventa. Codemasters, uno de los desarrolladores más respetados dentro del género de la velocidad y la conducción, recupera la mítica serie en la actual generación de consolas y ordenadores con un nuevo capítulo en el que se comprometen a mantener las características más relevantes de la franquicia, pero con la mirada firmemente fijada en los modos y competiciones multijugador.
Cuando se anunció Micro Machines: World Series a muchos jugadores les dio un vuelco el corazón. La serie ha sido un baluarte del juego de sofá durante muchos lustros, un compendio de desafíos absolutamente estimulantes mucho más brutales y difíciles de dominar de lo que parecía a primera vista. La nostalgia es un amor silencioso que nos devuelve momentos maravillosos que se remontan a los años más felices de una época pasada, cuando las preocupaciones eran pocas y todavía quedaba mucho por descubrir, y la desarrolladora sabe jugar con este aspecto sentimental con el compromiso de revivir una marca que ha ido en paralelo a la infancia de varias generaciones de jugadores. Y es precisamente esa esencia la que se ha intentado mantener en su regreso a la primera línea del entretenimiento.
Micro Machines: World Series, de hecho, es un juego que, sin dejar de comprometerse con sus raíces, presenta importantes novedades y ofrece características diferentes a los juegos originales, como Micro Machines V3 y Micro Machines V4 aunque la base, en realidad, se encuentra más cerca del Toybox Turbo de la propia Codemasters. Para comenzar a enumerar algunas de las novedades más importantes de la producción, hay que destacar que World Series es un juego exclusivamente online. Incluso si el usuario no tiene intención de enfrentarse a rivales humanos y pretende únicamente jugar contra la inteligencia artificial, necesitará conectarse a los servicios en red tanto de la consola como en PC. Después de la aclaración, se percibe la auténtica naturaleza competitiva de este nuevo título, aunque hay que especificar que los modos para disfrutar de eventos especiales y campeonatos se encuentran bloqueados hasta que el jugador alcance al menos el nivel 10. Desde ese momento se abren diferentes modos de juego y categorías. El menú nos permite seleccionar en todo caso, entre Eventos Especiales, Partida Rápida, Modos competitivos (Modo) y finalmente Escaramuza, un espacio donde se puede competir contra la inteligencia artificial o amigos en carreras que no ofrecen ningún premio y por lo tanto, se reservan para competir entre amigos o mejorar tiempos.
Grandes carreras en pequeños coches
Pero antes de salir a las diferentes pistas para batirse el cobre, lo primero es tratar de adaptarse lo más rápido posible a las dinámicas del juego y aprender a despacharse a gusto contra los oponentes, disparando, moviéndose con acierto, preparando estrategias y haciendo uso de la astucia para ganar enfrentamientos y puntos de nivel. Conocer y saber controlar las físicas del juego, las características de las pistas y las habilidades propias de los coches adquiere una importancia capital en Micro Machines: World Series. Todos los vehículos están equipados con habilidades específicas que se complementan con un movimiento especial que se va cargándose en una barra que se rellena según la actuación del jugador en la ronda. Por ejemplo, la ambulancia puede liberar un choque eléctrico y disparar un rayo constante que resta vida al tiempo que recibe sanación. Por su parte, el tanque Mobat, inspirado en G.I. Joe, dispara potentes y precisos proyectiles que se acompañan de minas anti radar, fuego rápido y una habilidad especial de ataque aéreo, que daña cualquier enemigo que esté al alcance. Así que en este sentido retos y variedad no faltan.
Tampoco hemos observado grandes diferencias en relación al equilibrio en los coches, pues cada vehículo está determinado dentro de una clase dependiendo de las habilidades y la eficacia de sus armas principales. Esto permite que cada partida se convierta un auténtico ejercicio de entretenimiento, caos y diversión. Además, el juego se desarrolla en escenarios temáticos donde no se desperdicia un rincón y la amenaza de morir despeñado, cortado por una sierra eléctrica o ardiendo por un fogón encendido es otra variable a tener muy en cuenta. Por otro lado, podemos vestir nuestro coche, tanque o furgón como más nos guste, pues cada vehículo dispone de una gran cantidad de opciones de personalización. Algo que nos trae de nuevo el sistema de recompensas mediante cajas de premio que se adquieren al aumentar de nivel, superar retos en eventos o pasando por caja.
A pesar del buen equilibrio general en los vehículos, también hay que reconocer el gran número de variables que intervienen en una sola partida, si no en cada vuelta. Con poco, el formato es capaz de mandar al traste nuestra estrategia en carrera como forma preventiva para evitar la sensación de repetición. Esto quiere decir que el jugador debe constantemente gestionar la provisión de elementos que ofrece la pista y el modo de juego si quiere sumar puntos. Pero también hay otra razón: Codemasters no quiere de ninguna manera que en Micro Machines: World Series desaparezca el alto porcentaje de aleatoriedad y caos, por lo tanto, las ambiciones estratégicas del jugador van a ir cambiando de situación según se desarrollen las partidas. Hablando de coches, a estas alturas es fácil adivinar que éstos se dividen en dos categorías principales: una compuesta por chasis más pesados como el tanque, y otra con coches más fáciles de controlar, donde se engloban los más rápidos y sinuosos, cómo el camión de bomberos o el coche de policía llamado Teniente Escudero.
Profundizando en los modos de juego, las partidas rápidas están diseñadas para ser inmediatas y prácticamente te obligan a divertirte sin tener la necesidad de preocuparse demasiado por el resultado. Incluye tres tipos de juego: Batalla, Carrera y Eliminación. La primera modalidad permite disputar partidas en cada uno de los quince escenarios disponibles, en las cuales dos equipos deben dominar zonas, capturar banderas o hacerse con bombas para hacerlas explotar en la base enemiga. El modo batalla propone intensos combates, donde el jugador tiene que luchar para obtener el mejor resultado en vertientes como como el clásico captura la bandera.
El conjunto que forma Micro Machines: World Series se antoja ideal para disputar torneos y participar en las temporadas que irá inaugurando Codemasters, pero a estas alturas no es fácil evaluar la calidad de la competición. La estructura básica es buena y el juego está articulado de forma notable, pero con el tiempo la desarrolladora irá incorporando numerosos alicientes nuevos para animarnos a participar en las diferentes competiciones, ya que los eventos seguirán un calendario preciso y se desbloquearán únicamente durante tiempo limitado para abrir paso a otras celebraciones.
Si no son Micro Machines no son los auténticos
Aunque Micro Machines: World Series ofrece un vistoso apartado visual, el formato no demanda demasiadas estridencias gráficas. Al contrario, el motor de físicas no presenta problemas y el rendimiento del juego es sumamente fluido y rápido, algo vital para mantener la integridad de jugabilidad. Los escenarios están construidos para dar algún quebradero de cabeza a los jugadores, pero sus diseños son tan divertidos como variados. Podemos competir sobre una mesa de trabajo, disputar batallas en el jardín o eliminar enemigos en un billar, entre otros, como la encimera de una desastrosa cocina repleta de vajilla. El audio, como no podía ser de otro modo, mezcla animados temas musicales con efectos y voces contundentes. El juego llega a nuestro país traducido y doblado en castellano.
Codemasters acierta una vez más con Micro Machines: World Series para PC, PS4 y Xbox One empleando los mismos ingredientes que definieron una época y un género: un marcado estilo único, diversión garantizada, bullicio y, sobre todo, muchas horas de risa en compañía de amigos. Estos elementos siempre han caracterizado las carreras de la veterana serie, que con cada entrega es capaz de crecer, en este caso tras muchos años de servicio, prácticamente en todas las plataformas que se hayan comercializado. Es el juego ideal para pasar estas calurosas noches de verano en línea con amigos. No hay mejor plan.