La Estación Espacial Internacional cumple diez años habitada permanentemente
La Estación Espacial Internacional (EEI) cumple el próximo martes diez años habitada de forma permanente y convertida en la mayor plataforma experimental para acercar el universo a la humanidad.
Según los planes iniciales, diez años era el plazo total de vida útil del ingenio orbital, pero hoy los especialistas consideran que podrá ser utilizada hasta 2020.
Su historia tripulada comenzó el 2 de noviembre de 2000, cuando la Soyuz TM-31 se acopló al laboratorio orbital con sus primeros tres inquilinos, los cosmonautas rusos Yuri Gidzenko y Serguéi Krikaliov y el astronauta estadounidense William Shepherd. Su ocupación fundamental durante su estancia de cuatro meses y medio en la EEI fue poner en funcionamiento todos los sistemas del complejo, y el principal reto matar los ratos libres, ya que entonces la plataforma carecía de cosas tan elementales para llenar las horas de ocio como una biblioteca o una videoteca.
La construcción de la estación había comenzado dos años antes con el lanzamiento, en noviembre de 1998, del módulo ruso Zariá. Dos meses más tarde se enganchaba a la unidad rusa el módulo estadounidense Unity como segundo componente del laboratorio orbital; llegó a la EEI a bordo de un transbordador Discovery. Pero no fue hasta año y medio más tarde cuando la plataforma se convirtió en realmente habitable con el acoplamiento a los puertos del Zariá y el Unity, del módulo de servicio Zvezdá, cuya finalidad era garantizar las funciones vitales del ingenio espacial.
Desde la llegada de la primera tripulación permanente, la plataforma ha contado con 196 inquilinos procedentes de Rusia, Estados Unidos, Canadá, Italia, Francia, Japón, Sudáfrica, Bélgica, Países Bajos, Alemania, Suecia, Malasia y Corea del Sur. También España y Brasil tuvieron representación en el laboratorio orbital, con los astronautas Pedro Duque (2003) y Marcos Pontes (2006).
La EEI abrió sus puertas a siete turistas espaciales: el estadounidenses Denis Tito (2001) fue el primero en viajar a la plataforma, seguido por el sudafricano Mark Shuttleworth, apodado el "afronauta" (2002) –responsable de Ubuntu– y el norteamericano Gregory Olsen (2005).
La estadounidense de origen iraní Anousha Ansari fue la primera mujer turista en viajar a la EEI (2006), seguida del estadounidense de origen húngaro Charles Simonyi (2007) –responsable del desarrollo de Word y Excel– y de Richard Garriott (2008), creador de la saga de videojuegos Ultima e hijo del ex astronauta estadounidense Owen Garriott.
El fundador del Circo del Sol, el canadiense Guy Laliberté, fue el último turista en alojarse en la EEI, desde donde dirigió un espectáculo celebrado en los cinco continentes para alertar al mundo sobre el problema de la escasez del agua, en el que participaron U2, Shakira, Peter Gabriel, Salma Hayek y Al Gore, entre otros.
Aún en construcción
En estos 10 años, los tripulantes de la plataforma realizaron 150 caminatas espaciales y recibieron 67 vehículos rusos, 34 transbordadores estadounidenses, así como un aparato espacial europeo y otro japonés.
Con el paso del tiempo también fueron cambiando sustancialmente las condiciones de vida a bordo del ingenio orbital, que una vez acabado de construir –todavía se siguen acoplando nuevos módulos a la plataforma– pesará 377 toneladas y superará en su espacio interior los 1.217 metros cúbicos de volumen.
Hoy en día, los inquilinos de la EEI cuentan incluso con un gimnasio y disfrutan de una espectacular vista panorámica de la Tierra. En febrero de este año completarán la instalación de un mirador con seis ventanas a los lados y una en su extremo superior, integrado en el módulo Tranquility. Este segmento, de construcción europea, añadió al complejo orbital un volumen de 800 metros cúbicos y nueve dormitorios.
Un segundo váter
En 2009, la tripulación de la EEI se amplió de tres a seis, lo que obligó entre otras medidas, a instalar un segundo retrete en el módulo estadounidense Harmony. El nuevo inodoro supuso un alivio para los habitantes de la plataforma orbital, que en más de una ocasión habían tenido que utilizar el váter de la nave Soyuz al estropearse ocasionalmente el retrete del módulo ruso Zvezdá.
La actual tripulación del laboratorio orbital, integrada por los cosmonautas rusos Fiódor Yurchijin, Alexandr Kaleri y Oleg Skrípochka y sus colegas de la NASA Scott Kelly, Doug Wheelock y Shannon Walker, celebraron recientemente otro récord en la conquista del espacio: el pasado día 22 superaron el tiempo máximo de permanencia sin interrupciones en el espacio.
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