López de Uralde abandona Greenpeace y baraja meterse en política

Así, Greenpeace ha puntualizado que, durante estos diez años, la organización ha crecido, multiplicando sus recursos, su base social, consiguiendo "grandes logros" en sus campañas y convirtiéndose en la actualidad en un "referente imprescindible" del ecologismo en España.

"Siempre he pensado que es importante dejar el puesto cuando las cosas van bien. Éste es el caso de Greenpeace España en la actualidad, con una cifra récord de asociados, unos recursos saneados, un equipo sólido tanto de trabajadores como de voluntariado, un buen equipo de dirección, una importante capacidad de hacer campañas y por tanto una gran influencia y reputación intachable dentro y fuera de nuestras fronteras.", ha declarado López de Uralde.

Por su parte, la presidenta de la controvertida organización ecologista, Sonia Rubio, ha destacado, en nombre de la Junta Directiva, "el enorme trabajo" que Juancho ha realizado en este tiempo y le ha agradecido el "magnífico trabajo" realizado y su "total dedicación" a Greenpeace invitándole a que siga formando siempre parte "siempre" de la organización.

Greenpeace ha anunciado que emprenderá un proceso de selección de la persona que liderará la ejecutiva de la organización en los próximos años y que, hasta que encuentren a la persona adecuada, Mario Rodríguez, actual director de campañas, será el director interino de la organización.

Paso a la política

Según informa el diario El País, el todavía director ejecutivo de Greenpeace estaría barajando pasar a la política. En conversación telefónica con el rotativo ha afirmado que "es una posibilidad entrar en política, aún no hay una decisión tomada, pero si lo hago será para un proyecto de una fuerza política verde, nunca entraría en un partido, digamos, convencional.

Juan López de Uralde, que lleva casi diez años al frente de la polémica Greenpeace, alcanzó cierta relevancia el pasado diciembre cuando fue detenido por la policía danesa tras irrumpir en la cena de gala presidida por la Reina Margarita que cerraba la cumbre de Copenhague. Uralde se presentó vestido de esmoquin junto a otros dos activistas radicales -una noruega y un suizo- y una vez dentro del palacio de Christiansborg desplegó una pancarta. 

La acción le costó 21 días de cárcel. Las quejas del líder de Greenpeace España fueron continuas llegando a decir que el Gobierno danés le había "metido en una perrera". Al volver relató con todo lujo de detalles el suplicio que, según él, vivió en la prisión danesa. Se quejaba, por ejemplo, de la dieta en prisión "Todas las mañanas un guardia pasaba con un carrito con el desayuno. Siempre lo mismo: té y pan de molde con una loncha de queso, y los domingos café y un bollo".