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Alicia Delibes

Giovanni Sartori, 1924-2017

Dijo siempre lo que creía que tenía que decir, sin importarle a quién podía resultar molesto. Lo que hace aún más valiosa su opinión y necesario su criterio.

Dijo siempre lo que creía que tenía que decir, sin importarle a quién podía resultar molesto. Lo que hace aún más valiosa su opinión y necesario su criterio.
Sartori se especializó en el estudio comparativo de la política | Giovanni Sartori

Conocí a Giovanni Sartori en la primavera de 2003. La Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales (FAES) aprovechó que había venido a Madrid a presentar uno de sus libros para organizar con él un encuentro al que tuve la inmensa suerte de asistir.

Después de los atentados contra las Torres Gemelas de Nueva York, Sartori había publicado La sociedad multiétnica: pluralismo, multiculturalismo y extranjeros. La inmigración era uno de los temas políticos y sociales que más interés despertaban entonces entre los españoles, y FAES pensó que sería interesante que escucháramos al famoso profesor italiano.

En aquella reunión, Sartori explicó con claridad las razones por las que, en su libro, defiende el control de las fronteras y habla de la dificultad de integración de los musulmanes y de las trampas del multiculturalismo. Unas ideas que, sin duda, resultan incómodas para la progresía biempensante, que, al menos entonces, consideraba al profesor un liberal de izquierdas, o sea, uno de los suyos.

Sartori siempre ha mantenido que la mejor defensa contra el terrorismo islámico es la firmeza en nuestras convicciones liberales y en los valores de nuestra civilización occidental. El mes pasado recordaba yo en este periódico una conferencia que envió al Parlamento en 1998, con motivo de los veinte años de nuestra Constitución. En ella, Sartori llamaba a la defensa de la "representatividad" frente al "directismo", es decir, de la democracia representativa frente a la llamada democracia directa.

En el año 2008 Lorenza Foschini, periodista de la RAI (televisión pública italiana), convenció a Sartori para grabar un programa que llevara como título Lecciones de democracia. Se trataba de que el profesor saliera ante las cámaras y, durante no más de cuatro minutos, hablara al público sobre algunos de los interrogantes que la gente se plantea cuando se habla, precisamente, de democracia. De aquellas charlas salió un libro, La democracia en 30 lecciones, que hoy debería ser de lectura obligatoria en España.

Lorenza Foschini cuenta que, cuando estaban preparando el programa, un día preguntó a Sartori:

–Profesor, ¿pero usted se considera de derechas o de izquierdas?

A lo que el profesor italiano sonriendo contestó:

–Buena pregunta. Yo también quisiera averiguarlo desde hace mucho tiempo pero aún no lo he logrado.

Giovanni Sartori fue, y lo seguirá siendo a través de los numerosos libros y artículos que ha publicado, un luchador por los valores de la civilización occidental que dijo siempre lo que pensaba o lo que creía que tenía que decir, sin importarle si podía resultar molesto a la izquierda o a la derecha. Lo que hace aún más valiosa su opinión y necesario su criterio.

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