Desde que iniciamos esta nueva sección de cómics en Libertad Digital prometimos tratar diferentes temas más allá de la temática superheroica, la cual, lógicamente, abarca gran parte de este maravilloso mundo. Por esa razón es un placer traer a estas reseñas el análisis de un cómic como Los Cosacos de Hitler, una historia basada en el contexto de la Segunda Guerra Mundial, que además de ser maravillosa en su guion y en su dibujo, rebosa actualidad debido a la invasión de Ucrania por parte de Rusia. Aquí conoceremos la historia de los famosos cosacos y el porqué de su alianza con Hitler, hecho que a día de hoy les sigue trayendo consecuencias nefastas.
Antes de entrar en materia, apartado técnico: Valérie Lemaire al guion, dibujo de Oliver Neuray, medidas de 23x32, 104 páginas, cartoné tapa dura, papel mate de 150 gramos, editorial Cartem y un precio de 24 euros.
Vamos con la reseña
El miedo a Stalin y la alianza cosaca con Hitler
En primer lugar me parece fundamental apuntar lo mínimo necesario a nivel histórico y contextual para entender de qué estamos hablando en este cómic y por eso empezaré hablando de la definición de cosaco. Un cosaco es un tipo de combatiente, sin ataduras, que se pone al servicio de príncipes o soberanos en tiempos de guerra. Su origen se encuentra precisamente en la zona que hoy se conoce como Ucrania y a nivel étnico hablamos de eslavos, descendientes de antiguas tribus como los cumanos o los alanos, tártaros y también caucásicos del norte. ¿Por qué explico todo esto antes de hablar incluso del argumento principal? Porque pese a ser un cómic que habla del pasado trata temas muy presentes en el día de hoy, como por ejemplo la invasión de Rusia a Ucrania y el sentir general de una nación hacia la otra. Hay que recordar que sobre el pueblo ucraniano sigue existiendo la dura cruz de haberse "vendido al nazismo" durante la Segunda Guerra Mundial.
Explicado el término cosaco, el argumento principal de esta obra que nos trae la editorial Cartem Cómics nos habla de dos amigos escoceses, Edward y Nicolas, que son destinados a un campo de concentración en el que se encuentran estos cosacos. Muy pronto empezarán a convivir con ellos y se darán cuenta de que la alianza cosaca con el nazismo no fue por motivos ideológicos sino por el miedo al comunismo y en concreto a la mano ejecutora del terrible Iósif Stalin. Dos apuntes históricos e informativos: el Holodomor, también conocido como Genocidio ucraniano u Holocausto ucraniano que sometió a hambrunas terribles en esas zonas de la URSS. Y la desinformación: el bloqueo de noticias, como pasó en el Báltico, provocó el desconocimiento de las actividades inhumanas del nazismo, algo que ayudó a que los cosacos se aliaran con ellos por la ausencia de información de sus actividades.
¿Hasta qué punto se le puede tener miedo a un monstruo para aliarte con otro? Ese es el tema principal de esta obra que firma como guionista Valérie Lemaire y que refleja a la perfección la desesperación que desprenden los cosacos para tomar una decisión que marcará su existencia. Poco a poco, gracias a la historias que dentro de ese campo se van originando, incluyendo una de amor entre el propio Nicolas y la cosaca Macha, conoceremos de primera mano el terror hacia el régimen comunista. Un terror que dejó imágenes dantescas como madres arrojando al río a sus hijos porque preferían verlos morir ahogados antes que ser apresados por el ejercito de Stalin.
Por supuesto también tenemos en este cómic un trasfondo político lleno de intereses y corruptelas. Decisiones inhumanas dentro de una guerra cruel, despiadada y, por supuesto, interesada por momentos. Además, el punto fuerte de esta obra lo encontramos también en los saltos temporales que encontramos en la narrativa. Lemaire nos situará en plena Segunda Guerra Mundial y, sobre todo, en los años posteriores, con el objetivo de mostrarnos qué fue de aquellos cosacos entregados por los británicos al ejercito rojo y que acabaron confinados en los famosos gulags comunistas. Es ahí donde veremos el infierno que muchos de ellos vivieron bajo el yugo soviético y el porqué de su alianza con Hitler por miedo a Stalin. Eso sí, Lemaire no hace distinciones entre monstruos y matiza que la suerte de los cosacos hubiera sido la misma bajo la bandera nazi. No había posibilidad de ganar y esa sensación de frustración y desesperación se palpa en cada viñeta.
Además, dentro de esta historia bélica encontraremos una historia dramática de amor que queda marcada por la dureza de la guerra, la egoísta naturaleza humana y el secreto que guarda uno de nuestros protagonistas, solo rebelado en las páginas finales. Ahí también crece esta obra, cuando Lemaire va más allá del contexto y nos muestra los miedos y anhelos de los seres humanos que protagonizan este cómic. Es un guion humano en una época carente de esa humanidad.
Por último encontramos el destacable dibujo de Oliver Neuray, que te atrapa desde el primer momento por la contundencia y grandiosidad de sus imágenes. Este dibujo se une a una gran edición de enorme tamaño que permite apreciar mucho más la belleza de sus viñetas. Las imágenes sobre el campo y sus alrededores son maravillosas y en los momentos dramáticos, entintado y color logran envolver cada escena para darle el toque dramático o esperanzador que Neuray le quiere dar a los elementos narrativos que plantea Lemaire. La mezcla de colores cálidos y fríos, el contraste entre la opulencia de la vivida acomodada de nuestros protagonistas y el infierno que viven los cosacos, la vileza y alegría de los políticos en contraste con la falta de esperanza de las víctimas de la guerra... Eso se muestra en este cómic y lo hace, a mi parecer, de manera muy acertada.
Conclusión: estamos ante una notable obra histórica, eficaz en guion y muy destacable en dibujo, que, pese a tener algún que otro bajón de ritmo a mitad del cómic, se convierte en un cómic perfecto para los amantes de la literatura histórica. La edición incorpora además información sobre los cosacos y todo lo que vivieron antes, durante y después de la Segunda Guerra Mundial, siendo un gran complemento final para una obra muy recomendable.