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Matanza americana, un cómic policiaco y político sobre infiltración y nazismo

Historia policial y de infiltración entretenida y apadrinada por el sello Vértigo.

Historia policial y de infiltración entretenida y apadrinada por el sello Vértigo.
Matanza americana, un cómic policiaco y político sobre infiltración y nazismo | Poveda

Para hablar de este ‘Matanza Americana’ y como siempre intentamos dar, aparte de opinión, divulgación sobre la cultura popular de los cómics, conviene hablar del sello de DC denominado como Black Label, que tanto bien le ha hecho a este mundo y sobre todo a las historias adultas de todo tipo que nos llegan desde Estados Unidos. Black Label sirve para englobar bajo un mismo sello todo tipo de series e historias de carácter adulto e independiente que se alejan de la continuidad

Este sello está enfocado en un público adulto y en la posibilidad de que talentos del mundo del cómic cojan personajes del universo DC Comics, superheroicos o no, los alejen de la continuidad y creen historias maduras e interesantes. Eso es lo que podemos ver aquí con esta obra de carácter policiaco y político sobre infiltración y nazismo en los Estados Unidos.

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Antes de continuar, vamos con el apartado técnico: guion de Bryan Hill, dibujo de Leandro Fernández, contiene American Carnage núms. 1-9 USA, editorial ECC, cartoné de 224 páginas y un precio de 25 euros.

Vamos con la reseña

Infiltración, política y neonazis

El argumento principal de esta historia nos lleva a California y nos sitúa en cuatro frentes bien diferenciados. Por un lado tenemos a la agente especial Sheila Curry, que presenció el asesinato de un compañero por parte de un grupo de neonazis que lo lincharon, golpearon y colgaron en el jardín de su casa. Relacionado con Sheila y la investigación que encabezaba, está el político Wynn Morgan, del que se sospechan relaciones con este grupo de supremacistas. Además, entran en la ecuación un exagente, expulsado por asesinato y que ahora está infiltrado por Sheila en el entorno de Wynn Morgan, y la hija de este sospechoso e inteligente político.

Estos cuatro personajes son los que lideran esta trama firmada por Bryan Hill que nos mezcla en un mismo tomo política, investigación, amor e infiltración. Todo ello siempre marcado bajo el contexto de este grupo de neonazis que no son ni mucho menos un grupo desorganizado. Tiene un rollo parecido al de ‘American History X’ a nivel de cómo el cabecilla del grupo organiza a sus lacayos, pero con la variante de ver el punto de vista desde dentro a través de los ojos de un infiltrado y con la figura de un político al frente.

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La historia es buena. Conocida y tratada de sobra en muchos géneros, pero tiene toques originales que la hacen sobre todo adictiva. Entras en el guion desde el primer momento y te engancha. Hay un buen uso de los personajes y se les van otorgando capas según se van relacionando entre ellos.

Otro punto a favor es el exagente infiltrado. Aparte del político Wynn Morgan, este arrepentido y malogrado Richard Wright será el que nos dará más fuerza en la narrativa situándole en situaciones morales y humanas muy complicadas de asumir. Su relación amor-odio con la hija del político aumentarán el grado de implicación de este dentro de la historia y los momentos más tensos los tendrán a ellos como actores principales.

A nivel de dibujo, el argentino Leandro Fernández tiene un estilo muy personal, pero que se adapta perfectamente al tono de la historia. Además, Dean White al color nos va llevando por las viñetas situando al lector en la sensación más adecuada para leer y ver lo que está ocurriendo. Los tonos fríos y cálidos nos muestran pistas de qué puede ir ocurriendo en cada momento y sobre todo lo que van sintiendo los personajes a nivel interno y externo. Ambos ofrecen una buena asociación entre dibujo y color como pueden ver en estos dos ejemplos:

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Además, detalles como ese asesino con una careta de Obama que aparece de vez en cuando establecen una serie de guiños e indirectas a ese ambiente político y extremista que tan presente está en el cómic. Hay humor cruel, aunque lo justo y necesario.

Conclusión: bajo el sello Black Label encontramos siempre historias serias, reflexivas y muy adultas. El dibujo de Leandro se adapta perfectamente a esto y el guion de Hill es adictivo desde el primer momento. No es una idea tremendamente original y se ha tratado mucho, pero es sin duda una opción interesante si eres fan de este tipo de tramas de infiltración y política.

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