Lo bueno de la Biblioteca Marvel que ha nacido este año es que permite volver a recordar los orígenes de los superhéroes de la Casa de las Ideas desde su nacimiento y eso hace que se presente un nuevo universo lleno de detalles ante los ojos de los lectores. Lógicamente el universo de estos personajes ya existía, pero remontarnos hasta los años 60, 1963 en este caso, nos permite ver todo es crisol de curiosidades que décadas después hacen esbozar una sonrisa a todo aquel que se acerca a ellas.
Iron Man es el claro ejemplo de estas curiosidades ya que solo con ver la portada de este cómic ya se puede ver que Tony Stark en sus inicios poco tenía que ver con toda la tecnología futurista e innovadora que hemos visto en los últimos años, sobre todo en el mundo del cine. Aquí Iron Man parece de todo menos un gran guerrero de armadura dorada y roja. Más bien parece el típico disfraz de broma que te puedes hacer para una fiesta y que incluye un colador en la cabeza. Esa es la magia de esta Biblioteca Marvel: volver a los orígenes sin filtros. Aquí se va a pelo y eso incluye, por ejemplo, que Tony Stark tenga su primera misión en Vietnam, hecho que deja un detalle histórico por el que Marvel tuvo que pedir perdón en su momento.
Antes de seguir con esa y otras curiosidades, vamos con el apartado técnico: argumento de Stan Lee, dibujo de Jack Kirby o Steve Ditko, tapa blanda, 160 páginas, editorial Panini, contiene Tales of suspende 39-47 y un precio de 12 euros.
Vamos con la reseña
Un Iron Man que ni siquiera tenía cabecera propia
Han leído bien. Este tomo no incluye ni una sola grapa de la cabecera de Iron Man en sus orígenes y eso se explica porque, como muchos otros personajes en ese momento, su nacimiento formó parte de Tales of Suspense, un espacio de Marvel para situar ahí historias cortas de los personajes que iban desarrollando y que aún no tenían un universo propio. Ese fue el caso de Tony Stark, este genio guaperas que, muy pronto, hizo que las féminas hicieran llegar decenas de cartas a las oficinas de Marvel para tener más y más aventuras de su nuevo ídolo. No es una broma. Pasó de verdad.
Lo que también pasó en su momento con Iron Man es que el escenario de su primera aventura tuvo que ver muy poco con la Afganistán que se nos mostró en el cine. El secuestro de Tony y su posterior transformación en Iron Man tuvo lugar en Vietnam ya que por aquel entonces, Estados Unidos estaba centrado en ese conflicto. Esa es la primera curiosidad que nos vamos a encontrar y por la que incluso tuvo que pedir perdón en su día Marvel ya que en un primer momento la versión oficial dictaba que los americanos eran los buenos y los vietnamitas los enemigos a batir en una guerra necesaria.
Otra curiosidad es que aquí no encontramos el típico guion, dibujante y colorista sino que aquí vemos a Stan Lee como el dueño de los "argumentos". Sí, las ideas las tenía Stan, pero no desarrollaba el guion sino que pasaba esa misión a escritores como Larry Lieber. Jack Kirby tampoco aparece aquí como el dibujante inicial sino que acaba cogiendo el testigo que tiene al principio Don Heck. Eso ya demuestra que Iron Man, en ese momento, no era un superhéroe sólido sino un experimento situado dentro de esas historias de ciencia ficción propias de la cabecera Tales of suspense.
¿Qué vamos a ver en estas primeras grapas? Básicamente argumentos simples con enemigos exageradamente extraños para historias cortas sobre el personaje en las que ir descubriendo los principales poderes de Iron Man cuando se pone la armadura. Ojo, una armadura que debe recargarse para que Tony Stark no muera. ¿Y cómo se recarga? Pues tan fácil como tirar un enchufe y cargarse como si de un móvil se tratase. Hablamos de 1963, señoras y señores. Tengan eso en cuenta.
En cuanto al dibujo, Iron Man pasará del gris al dorado, pero no veremos muchos cambios más. Solo pequeños destellos del camino que iban a seguir posteriormente. Os dejo varios ejemplos:
Conclusión: era la época que era y Iron Man todavía no tenía ni cabecera propia. Eso hay que tenerlo en cuenta antes de comprar este tomo. Entretenido es. Como es habitual, con mucho texto explicativo propio de la época. Perfecto para coleccionista o curiosos de los orígenes de los superhéroes. Eso sí, es un clásico muy clásico y eso tiene cosas muy buenas y cosas muy malas. Si gustan, disfruten de la lectura.