El Grupo Parlamentario Popular en el Congreso presentó el 8 de marzo una Proposición no de Ley relativa "al reconocimiento y difusión de autores catalanes y sus obras, sistemáticamente olvidados por razones ideológicas" para su debate en la Comisión de Cultura.
En la exposición de motivos, alega que "en algunas comunidades, como en Cataluña, el nacionalismo ha impuesto una hegemonía política y cultural que ha ido conformando una aproximación sesgada de la historia y la realidad presente de esas comunidades". Considera que "el nacionalismo pretende imponer, cuando no directamente demonizado, figuras de primer orden en disciplinas tan variadas como la literatura, la filosofía, la poesía o los estudios históricos por el mero hecho de tratarse de catalanes que a lo largo de su vida siempre manifestaron sin complejos su lealtad a Cataluña y al conjunto de España".
El grupo parlamentario popular destaca figuras como Antoni de Capmany o Ramon Llàtzer de Dou -primer presidente de las Cortes de Cádiz, en 1810- por "su decisiva participación en la conformación de España como Estado Nación moderno, diputados ambos en las Cortes de Cádiz que tuvieron un papel destacado en la elaboración de la Constitución liberal de Cádiz (1812)".
Asevera que "ambos merecerían sin duda el reconocimiento del conjunto de los españoles, y acaso especialmente el de los ciudadanos de Cataluña, por su importancia en el largo camino de nuestro país hacia la democracia moderna". Lamenta, sin embargo, que ambos "son perfectos desconocidos para la inmensa mayoría de los ciudadanos, y por supuesto para los jóvenes catalanes, que por el contrario si estudian figuras de muy escasa relevancia intelectual, cultural o política solo por su militancia nacionalista".
En este escrito se aportan otros ejemplos como Llatzer de Dou o Capmany, el poeta Joan Boscà, los filósofos Jaume Balmes y Trías, y los militares catalanes Gaspar de Portolà - descubridor y primer gobernador de California- y Pere Alberni.
"Son solo algunos de los ejemplos que acreditan que existe una historia de Cataluña deliberadamente silenciada por las autoridades autonómicas con finalidades manifiestamente ideológicas. El Estado y, concretamente, el Gobierno de España no pueden permanecer impasibles ante esta sistemática operación de ingeniería social cuyo objetivo no es otro que la quiebra de la trama de afectos y solidaridad que se ha ido forjando desde hace siglos entre españoles de todos los rincones de nuestro país", denuncia.