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Muere Fernando Suárez, el último ministro de Franco

Ha fallecido en Madrid a los 90 años. En una entrevista en Libertad Digital decía que "la memoria democrática no puede empezar el 18 de julio".

Ha fallecido en Madrid a los 90 años. En una entrevista en Libertad Digital decía que "la memoria democrática no puede empezar el 18 de julio".

Fernando Suárez González, el último ministro de Franco que seguía vivo, catedrático emérito de Derecho del Trabajo en la UNED y ponente de la Ley de Reforma Política que permitió el paso de la dictadura a la democracia, ha fallecido este lunes en Madrid a los 90 años.

Lo ha confirmado en un mensaje en redes sociales el rector de la UNED, Ricardo Mairal, que ha destacado que Suárez fue una "figura clave para el éxito de la Transición española" en su papel de ponente de la ley que abrió camino a la democracia.

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Nacido en León el 10 de agosto de 1933 y licenciado en Derecho con premio extraordinario, fue elegido procurador en las Cortes franquistas en 1967 en representación del tercio familiar por la provincia de León, cargo que renovó en 1971 y en 1976, por designación real.

El 22 de junio de 1973 fue designado director general del Instituto Español de Emigración, al año siguiente secretario general técnico del Ministerio de la Presidencia y, en 1975, ministro de Trabajo y vicepresidente tercero del Gobierno, cargos que dejó en diciembre tras la muerte del dictador.

Tras su salida del Gobierno, en los comienzos de la Transición trabajó en labores parlamentarias y fue uno de los ponentes de la Ley de Reforma Política.

Tras la aprobación de la Constitución, se presentó a las elecciones generales del 1 de marzo de 1979 por Coalición Democrática por León, pero no fue elegido.

En los siguientes comicios, del 28 de octubre de 1982, concurrió bajo la candidatura de AP-PDP y logró un escaño por Madrid.

Con motivo de la adhesión de España a la CEE, el 10 de diciembre de 1985 fue elegido diputado del Parlamento Europeo en representación del Congreso de los Diputados y se incorporó a su escaño en Estrasburgo el 1 de enero de 1986.

En 1987 y 1989 fue reelegido eurodiputado. Durante los ocho años que trabajó en la Eurocámara formó parte de la Comisión de Asuntos Sociales y fue presidente de la delegación para las relaciones con los países de América Central y del Grupo de Contadora, lo que le llevó a participar como observador en varios procesos electorales de países centroamericanos.

Dentro de AP, Fernando Suárez ascendió en la estructura del partido en la década de 1980, pero desde el congreso de la refundación su influencia cayó paulatinamente hasta que en 1994 abandonó la política.

Tras abandonar la primera línea política se reincorporó a su cátedra de Derecho en la UNED.

Fue presidente de honor de la Academia Iberoamericana de Derecho del Trabajo y la Seguridad Social y en 2007, ingresó en la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas.

En posesión de la Gran Cruz de la Orden de Cisneros de España, la Gran Cruz del Mérito Civil, la de la Orden de Carlos III y la de la Orden del Mérito Judicial de Brasil, tuvo dos hijos: Fernando y Marta.

La entrevista en Libros con Marco

Nuria Richart y José María Marco entrevistaron al político con motivo de la publicación de su libro de memorias Testigo Presencial (Real del catorce editores), un testimonio "de lo que ha vivido".

En el libro relata "sus esfuerzos por la mayor apertura del Régimen de Franco y su participación en la reforma política de 1976".

En la charla destaca que las nuevas leyes de memoria "ocultan el fracaso del Frente Popular", último gobierno de la Segunda República, que "la memoria democrática no puede empezar el 18 de julio" o que en los "años 70 la historia no fue un instrumento político". Añade que "el Régimen de Franco transformó España" y califica el paso de la dictadura a la democracia como algo "prodigioso".

Recuerda que en las últimas entrevistas que mantuvo con un Franco anciano, allá por el año 1975, que "estaba lucidísmo".

Como muchas familias españolas la de Suárez fue víctima de los dos bandos. En el libro cuenta cómo la Guardia Civil casi mata una paliza a su padre durante "la represión que siguió a la revolución de 1934 en las provincias de Palencia, Asturias y León". Malherido le hicieron firmar una declaración falsa de tenencia de armas y documentos vinculados al partido comunista. Cuando la madre del autor se encontró con su marido "tuvo que hacer grandes esfuerzos para reconocerle" de los golpes que había recibido.

Escribe Suárez:

Jamás nos habló de ello, a pesar de que pasamos los veranos de 1944 y 1945 en Golpejar de la Tercia, un pueblecito bien cercano a Villamanín, donde había empezado aquella tragedia. Lo cierto es que el suceso debió influir no poco en el concepto que él tenía de la República. Está documentado que mi padre, como la mayoría de su generación, había recibido con alborozo la República.

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