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Manifesta en Genk

Arte nómada en la mina

Manifesta, uno de los principales bienales de Arte Contemporáneo de Europa, cierra las puertas de su novena edición en estos días.

La prestigiosa Bienal de arte deja así para 2013 su segunda presencia en la ciudad belga de Genk. La exhibición, que pasea por diferentes países europeos su condición de "nómada" repetirá el año que viene en este privilegiado enclave situado en la provincia de Limburgo, a pocos kilómetros tanto de tierras holandesas como de suelo alemán.

Pero si algo ha marcado sin duda alguna Manifesta 9 es la historia y el contexto por el que apostaron sus organizadores en esta edición. Contando por vez primera con un único edificio como sede, era obligado transmitir en esta elección el espíritu mismo del Bienal.

A través de su principal responsable, el mejicano Cuauhtémoc Medina, todos los esfuerzos del grupo humano que se esconde tras la exhibición fueron encaminados a crear un ambiente idóneo para la conjunción de historia y nuevas tendencias en el arte contemporáneo.

La minería ha sido el tema elegido para la presente edición, que con cuatro meses de duración ha superado a todas las anteriores.

Tras más de veinte años cerrado, el complejo minero de Waterschei volvía a reabrir sus puertas el pasado mes de junio para repasar el pasado y el presente del arte más impactante. Y precisamente ha sido la apuesta innovadora del curador mejicano Medina la que ha determinado el camino que tan buena acogida ha encontrado entre los visitantes.

Entre las novedades, la presencia de obras de artistas ya fallecidos con continuas evocaciones al pasado de la minería. Así, entre las columnas del viejo edificio miles de visitantes han podido pasear bajo los sacos de carbón con los que el genial Marcel Duchamp impresionó al mundo en la Exposición Universal de 1938.

Tal y como muestra el título de Manifesta 9, además de la mirada al pasado Genk se ha asomado al "abismo de lo moderno".

El toque exótico llegaba, por ejemplo, desde China, de donde el rompedor artista Ni Haifeng traía las más de diecisiete toneladas de retales textiles con los que invade una de las principales salas y que centra las miradas de la mayoría de visitantes.

Marcado acento español

La concentración de arte en suelo minero ha contado con un marcado acento español. La presencia de artistas de nuestro país y del entorno latinoamericano ha sido notable en la muestra.

El apoyo arquitectónico de Lara Almarcegui (Zaragoza, 1972) a través de la labor conjunta con el Ayuntamiento de Genk en la protección de espacios baldíos, el recuerdo a la obra del ya fallecido Manuel Luque, la mirada crítica al capitalismo "amarillo" de Jota Izquierdo (Castellón, 1972) y el homenaje a cientos de mineros a través de sus esculturas, elaboradas con pasta de patata, de Manuel Durán (Córdoba, 1930) resumen la presencia del arte español en Manifesta.

Otros artistas latinoamericanos han encontrado su hueco en la antigua mina de Waterschei. El venezolano residente en Madrid Alexander Apóstol con su testimonio visual de la Venezuela actual, la fusión entre el hombre y la máquina del mejicano Carlos Amorales, la pintura abstracta de la argentina Magdalena Jitrik y sobre todo la obra viva del ecuatoriano Kuan Shei y su arte "con hormigas" mostraron fiel reflejo del talento creativo de sus países.

Manifesta 9 cierra ahora sus puertas durante unos meses para repetir en 2013 una experiencia conjunta en Genk como lo hizo anteriormente en Murcia (2010 y 2011). Sus principales responsables trabajan para la puesta en marcha de un nuevo ciclo cultural que extraerá de la mina cientos de actividades paralelas y un ambiente cultural tan nómada como interesante.

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