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'Sarah', de Fautrier, encabeza el préstamo de la Fundación Gandur al Reina Sofía

El museo madrileño exhibirá, durante dos años prorrogables, quince piezas, en su mayoría pinturas, de la vanguardia europea de la posguerra.

'Sarah' (1943), de Jean Fautrier. | Reina Sofía

Si el Guernica de Picasso es un cuadro emblemático para España, Sarah, de Jean Fautrier, lo es para la Europa de después de la Segunda Guerra Mundial. Así lo considera el coleccionista suizo Jean Claude Gandur que ha cedido esta obra, junto con otras 14, al Museo Reina Sofía.

Gracias a este préstamo de dos años prorrogables, el museo se enriquece con quince piezas, en su mayoría pinturas, de la vanguardia europea de la posguerra, cuyo relato comienza "donde acaba el Guernica", en opinión de Manuel Borja-Villel, director del Reina Sofía.

Con importante presencia de artistas del grupo El Paso, de la pintura norteamericana y de la latinoamericana, la parte de la colección permanente del museo perteneciente a los años 40 a 60, que abarca desde el Informalismo al Nuevo realismo, "es bastante completa", pero les faltaba "este elemento anti-arte, este grito de dolor donde se cuestionan promesas no cumplidas por la modernidad".

El préstamo se compone principalmente de piezas no figurativas de la segunda escuela de París (1946-1962) que se plantean de manera radical los principios estéticos de la cultura occidental como respuesta a la pérdida de horizontes tras la Segunda Guerra Mundial.

El tachismo de Fautrier y de Wols; la importante representación del grupo CoBra a través de obras de Karel Appel, Corneille, Jean Michel Atlan o Asger Jorn; el nuevo realismo de César (César Baldaccini) o de Mimmo Rotella; el situacionismo de Constant; la abstracción lírica de Bram van Velde; los ensamblajes de Daniel Spoerri y el "Art Brut" (arte en bruto) de Jean Dubuffet forman el depósito con el que Jean Claude Gandur ha querido acercar sus obras al Museo Reina Sofía.

Sarah (1943) es sin duda la pieza más extraordinaria del préstamo y una pieza fundamental en el trabajo de Jean Fautrier. Adquirida en subasta hace cuatro años por Gandur por 6 millones de euros, la obra encarna de manera directa las heridas y el drama humano provocados por la Segunda Guerra Mundial.

Desde su presentación en París en 1945, se estableció la relación entre la obra de Fautrier con el Guernica (1937) de Picasso. Las dos obras son la respuesta de sus creadores a la matanza indiscriminada de seres humanos provocada por la guerra.

Formada por empaste de plomo, óleo y pastel sobre papel adherido al lienzo, "Fautrier moldeaba el papel como si fuera pan". "En una época de hambre y escasez, él reflejaba el mundo a través de la materia", consideró Borja-Villel, quien anunció que este préstamo es el inicio de futuras colaboraciones con la Fundación Gandur.

Considerado como uno de los más importantes coleccionistas del mundo, Jean Claude Gandur creo la Fundación en 2010 con la misión de perpetuar, enriquecer y exponer al público las colecciones de arte que ha formado en los últimos 40 años, cuyos fondos no pueden ser vendidos.

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