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'La Acusación', el brillante film francés que dispara contra el Me Too de la educación

Drama en las aulas con La acusación, estrenada en cines, basada en hechos reales vividos por el propio director.

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El director Teddy Lussi-Modeste pone en escena en La acusación su propia experiencia real, la de un profesor acusado falsamente de abusos sexuales, en un film de apariencia sobria pero que no hace prisioneros de ningún tipo. Todo se difumina bajo la lupa del guion del propio realizador y Audrey Diwan, León de Oro por El acontecimiento: desde las causas feministas que ha modificado la política de género hasta la propia interpretación del sexo, el ansia de sangre de la plebe y desde luego, el aplastante rodillo burocrático que comienza cuando una alumna acusa a un joven profesor de seducirla.

En la tradición de films sociales franceses, y sumando la nada consoladora estela de La Caza de Thomas Vintenberg, sumando ese aire de thriller de la igualmente reciente Sala de profesores, La acusación cuestiona la escasa disposición a gestionar esas emociones básicas que el idealista y joven profesor escribe en la pizarra para referirse a clásicos de la literatura. El guion desenreda de manera meticulosa, aparentemente fría pero dinámica la broma convertida en drama, pero se desenreda como un thriller conspiranoico por lo que oculta, por el sentimiento de coraje e inseguridad que el cúmulo de injusticias que acumula hacia el protagonista.

Lussi-Modeste y Diwan evitan todo melodramatismo, también consiguen evitar falsas afecciones de cine de prestigio. En suma, imposturas de uno y otro signo en un film que muestra el lado oscuro del Me Too y el activismo feminista, del falso moralismo de izquierdas y del agravio a la labor casi heroica de un profesor con cierto complejo de héroe. También, ojo, lo acomodaticio de una profesión y un sector de población que prefiere sangre a verdad, toda una inversión a las expectativas del espectador que consumió ansioso los capítulos de la reciente serie de Netflix Adolescencia.

La experiencia de La acusación, film totalmente magro que consigue resumir en noventa minutos todo lo esencial, desde los malos tratos cotidianos a la falta de autoridad que el sistema educativo concede a los propios profesores, es la de un film que logra todo simplemente narrando el propio acoso al profesor. A nivel íntimo, incluso la masculinidad frágil del propio protagonista, el D’artagnan François Civil de las últimas aventuras de Los Tres Mosqueteros, queda al descubierto en medio de la homofobia consentida por un régimen moralista que parece medrar entre animales.

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