Un equipo de arqueólogos mexicanos continúa desentrañando los secretos de esta aterradora estructura del imperio azteca.
119 cráneos humanos que formaban la fachada externa y el costado este del tzompantli, el altar donde se empalaban ante la vista pública las cabezas de los cautivos con el fin de honrar a los dioses.
El descubrimiento de este nuevo tramo, de 4.7 metros de diámetro, se suma a los hallazgos de 2015, cuando los trabajos arqueológicos localizaron el lugar donde se erigía el Templo Mayor de la Gran Tenochtitlán, la ciudad de los aztecas. Se cree que fue entre 1486 y 1502, cuando se construyó la torre, utilizando para ello las calaveras no sólo de jóvenes guerreros, sino también de mujeres y de niños.