Miguel de Unamuno viajó en 1889, cuando apenas tenía 25 años, por Francia, Italia y Suiza durante algo más de un mes. Lo hizo junto a su tío Claudio, que disponía de posibles para sustentar tal dispendio. El escritor de la generación del 98 fue dejando sus impresiones en un diario que hasta ahora había permanecido en un cajón, inédito.
Se sabía de su existencia y se conocían algunas de sus páginas, pero el manuscrito ha estado desaparecido durante décadas. Ahora, gracias a su propietario –un coleccionista que lo adquirió en el extranjero y que prefiere permanecer en el anonimato–, sale a la luz en su integridad.
A pesar de que en Cuadernos de juventud hay artículos y escritos anteriores a 1889, se puede considerar que Apuntes de un viaje por Francia, Italia y Suiza (Oportet Editores) es "la primera obra literaria de Unamuno". "Posee coherencia interna y unidad, es un libro en sí", explicó durante su presentación Pollux Hernúñez, editor del mismo.
Según Hernúñez, a pesar de que Unamuno solo tiene 25 años, ya se percibe su estilo característico, sus latigazos de "mala leche" e incluso tacos. "Este es un nido de putacos", dice al referirse a una sala de fiestas parisina. "Se ve un Unamuno contundente y contradictorio. Es un hombre muy culto, parece que a sus 25 años ya ha leído todo y a todos. Se ve que es radical en sus ideas, como lo fue hasta el final. Muy visceral, muy emotivo, ya aparece como pensador", concluye Hernúñez.
Unamuno anota minuciosamente las fechas y horas en las que se sentaba y describía lo que veía y sentía en los diferentes puntos del recorrido. Un viaje que le llevó por Cataluña –en los que compara Barcelona con Madrid y "deja a la capital por los suelos"–, San Remo, Niza, Mónaco:
De San Rafael a San Remo: Niza, Mónaco, etc, todo igual, todo monótonamente pintoresco. Mónaco se mete en el mar y lo ofrece a los suicidas; aquí viene a morir a fuerza de vida los ambiciosos y los aburridos.
La Provenza, Florencia –la ciudad que más le impactó de por vida–, Roma, Nápoles, Pompeya, Milán, Suiza:
Se goza más antes y después que en el momento mismo; antes soñando lo que no hay, después falseando lo visto, la realidad entorpece, es bruta.
Y en particular París y su Exposición Universal, que el autor califica como "el colmo de lo cursi".
La entrada a la exposición cuesta oficialmente un franco, pero anda con un 60% de pérdida; solo los tontos pagan el franco entero.
Esta edición recoge la transcripción completa de los dos cuadernos autógrafos, respetando incluso las tachaduras que hizo su autor e incluyendo dibujos de su propia mano. El lector se encuentra ante un Unamuno enamorado:
..cuento los minutos para llegar a Roma; Roma, Roma, allí me espera, poste risante, carta de ella; de ella, de quien hace ocho días nada sé.
O al Unamuno adelantado a la historia:
[Refiriéndose a Barcelona] A este pueblo, para figurar en lo que vale, le hacía falta un Congreso de Diputados.
Apuntes de un viaje por Francia, Italia y Suiza fue presentado en el Ateneo de Madrid, institución que Unamuno presidió entre 1932 y 1934 y en cuya biblioteca escribió la obra La Cebra. Asimismo, se adelantó que en breve se publicará el primero de los ocho volúmenes de cartas personales del autor vasco, en su mayoría intercambiadas con su novia.
Miguel de Unamuno. Apuntes de un viaje por Francia, Italia y Suiza. Edición de Pollux Hernúñez. Oportet Editores, 2017.