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'El hombre que se fue a Marte porque quería estar solo', de David M. Barnett

Está inspirada en un hecho real: un astronauta británico que se equivocó de número al llamar desde la Estación Espacial Internacional en 2015.

Thomas Major es un "despojo lamentable", sin filtros a la hora de hablar, asocial y hasta despreciable por momentos, tan harto de la humanidad que se embarca en una misión a Marte sin retorno. Deberá preparar el planeta para la llegada de futuras naves colonizadoras. No se va por amor a la ciencia, se va, como dice el título, porque quería estar solo. David M. Barnett (Wigan, Lancashire, 1970), periodista y autor de narrativa y cómic, publica El hombre que se fue a Marte porque quería estar solo (Harper Collins).

El libro es ficción pero se inspira en una anécdota real: un astronauta británico que se equivocó de número al llamar desde la Estación Espacial Internacional en 2015. A partir de ahí, se desarrolla una historia maravillosa, llena de matices y perspectivas, construida con gran sentido del humor y, conjuntamente, sobre grandes dramas que trata con una ternura impecable.

El martenauta en cuestión, de camino a su nuevo hogar espacial, trata de llamar a su exesposa pero en su lugar coge el teléfono una anciana con problemas de demencia –Gladys– que cuida en solitario de sus dos nietos menores de edad –Ellie y James–. Muy a su pesar, Thomas empieza a involucrarse en los problemas de esta familia.

La narración salta constantemente en el tiempo, descubriendo presente y pasado tanto de Thomas Major como de la familia de Gladys. El lector conoce los capítulos determinantes de la infancia y juventud de Thomas, que explican por qué llegó a querer distanciarse de la raza humana al punto de largarse a Marte. Durante ese viaje espacial, sin embargo, sufrirá una transformación vital y descubrirá incluso una insólita sensación: la de sentirse bien consigo mismo.

La historia es más que simple, es una suma de casualidades y coincidencias que llega a ser predecible, pero sus personajes tienen mucha fuerza. Conmueve la "muy muy jodida" situación familiar de Gladys y es difícil no terminar adorando a esta anciana de una ingenuidad maravillosa:

Gladys se pregunta qué estará haciendo el hombre del espacio. Supone que tendrá que irse a dormir en algún momento, como todos los demás, pero si está ahí arriba solo, ¿quién conducirá la nave? Quizá la aparca un rato mientras echa una cabezada.

Y que dejó atrás hace años lo políticamente correcto...

- Abu, ¿por qué le gritas?
- Es extranjero. Con los extranjeros se habla así.

A pesar de su falta de complejidad, el libro nos propone una reflexión sobre nuestro papel en este mundo y nos saca una sonrisa con el humor más básico. David M. Barnett ha conseguido montar una novela muy positiva capaz de conmover y divertir.

David M. Barnett. El hombre que se fue a Marte porque quería estar solo. HarperCollins, 2018. ISBN: 9788491392057. 368 páginas. 18.90 euros.

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