Menú

David Gistau presenta 'Gente que se fue' en esRadio

El periodista publica ahora una novela corta, "aderezada con cuentos y artículos ingeniosos y muy logrados".

Los Libros: Con David Gistau

El audio empezará a sonar cuando acabe el anuncio

El periodista publica ahora una novela corta, "aderezada con cuentos y artículos ingeniosos y muy logrados".
David Gistau. | David Alonso Rincón

Termina la publicidad y comienza a sonar Balmoral, de Loquillo. Es el tema que ha escogido Andrés Amorós para su recomendación habitual de libros en Es la mañana de Federico; esta vez, además, con la particularidad de encontrarse delante del autor, que no es otro que David Gistau. "Traigo a Loquillo porque aparece en la novela, y traigo Balmoral porque el ambiente que refleja la canción recuerda misteriosamente al del bar Lancelot de la narración", explica el crítico. Baste esa breve introducción para esbozar algunas características de Gente que se fue (Círculo de Tiza).

"Lo primero que tengo que decir", prosigue, antes de que le corten los demás contertulios, "es que se trata de un autor estupendo". A esa afirmación, añade Federico que "Gistau se encuentra en el mejor momento, cuando ha conseguido una narrativa fluida y deliciosa"; y Gistau, que está delante, solo se limita a agradecer los elogios.

"Gente que se fue es una novela corta, pero el libro está además aderezado con una serie de cuentos y columnas adyacentes, todos de una calidad notable, con finales sorprendentes, y muy logrados en general", continúa Amorós. "Parece que están surgiendo buenos cuentistas otra vez en España", comenta Federico, y Gistau responde recordando a Medardo Fraile, "el Cortázar español, tremendamente olvidado".

El crítico, siempre en la lucha por evitar que se desvíe el tema, redirige la conversación: "Pero hablando del libro, me gustaría comentar sus virtudes. Porque todas las historias tienen voluntad de estilo, con un tono de desgarro lírico; y porque representa estupendamente esa nostalgia de la infancia. Retrata ese Madrid transgresor del tardofranquismo, y adentra al lector en un mundo absolutamente urbano", explica. "Por un lado introduce a los jóvenes, que quedan presentados con una frase que a mí me ha hecho reflexionar: 'A ti los médicos no te han prohibido nada todavía'; y por otro lado están los perdedores, como barcos varados en ese bar, en 'los momentos concluidos'. A mí me ha recordado al primer Umbral, el de Travesía de Madrid".

Sin embargo no todo iban a ser buenas críticas, y pronto tanto Amorós como Federico le echan una cariñosa reprimenda al autor: "El único inconveniente que le veo es la falta de unidad", comenta el crítico, "aunque por otro lado hay que decir que se lee muy fácil y de forma muy entretenida". "Yo lo que te tengo que reprochar", toma el relevo Jiménez Losantos, "es que no hayas terminado la novela. Porque tenías trama para seguir y yo, personalmente, me he quedado con ganas de más".

Ante esos comentarios Gistau asiente y asume. Además, explica: "En primer lugar, asumo mi error. Con cada persona que me da su opinión me doy cuenta, encima, de que se trata de un error de bulto. Lo cierto es que al final metí esos cuentos y artículos porque me parecían monos, y eran cosas que me rondaban y tenía intención de sacar. Pero es verdad que igual no tendría que haberlos metido aquí". Federico, entonces, le echa un capote: "Lo que pasa es que en España tenemos una crisis de edición terrible"; y Gistau analiza: "Es que una cosa es tener una idea para escribir, y otra encontrar el formato". Amorós, mediador, trata de restar dramatismo al asunto: "A ver si va a parecer que el libro es malo. Porque es delicioso". En los oídos de los oyentes queda la última petición de Federico a Gistau: "Nos debes una novela grande, ahora que estás en tu mejor momento. Como hizo Umbral con Mortal y rosa".

Temas

En Cultura

    0
    comentarios