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La frase maldita de 'La princesa prometida' y otras curiosidades del rodaje

Cary Elwes, el actor que dio vida a Westley, recoge las anécdotas de la filmación de la mítica cinta en el libro Como desees (Ático de Libros).

Cary Elwes, el actor que dio vida a Westley, recoge las anécdotas de la filmación de la mítica cinta en el libro Como desees (Ático de Libros).
Cary Elwes y Robin Wright en 'La princesa prometida' | Cordon Press

El éxito de La princesa prometida responde a ese extraño fenómeno que también vivió El Mago de Oz. Hizo poco ruido en su estreno, pero con el paso del tiempo, y su salida en VHS, sumó halagos e incondicionales hasta adquirir esa etiqueta –tan denostada por su mal uso– de "clásico del cine". Basada en la gran novela de William Goldman, tenía villanos, princesas, espadachines y piratas. Habla de lealtad, amistad, amor, valentía y honor. Además, tiene frases maravillosas:

Hola, me llamo Íñigo Montoya, tú mataste a mi padre, prepárate a morir

- Parecéis un hombre decente, lamentaré mataros.
- Vos también lo parecéis, lamentaré morir.

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Cumplió 25 años y su reparto se reunió, a excepción del entrañable coloso André el Gigante, que falleció a los 45 años. Cary Elwes, el actor que dio vida a Westley, sintió tantas emociones aquel día que pensó que le faltaría día para expresarlas. Más bien le daba para un libro. Se puso manos a la obras y así lo hizo. Se titula Como desees, historias inconcebibles del rodaje de La Princesa Prometida (Ático de Libros). El título, por supuesto, responde a su legendaria frase. Elwes hace partícipe al lector del proceso de convertir uno de los mejores libros de aventuras de la historia en una película maravillosa. Lo hace, además, con la misma inocencia que destila la cinta.

Elwes, que ha seguido rodando películas y series (Saw, Twister, Días de trueno o Tiempos de gloria) traslada en sus palabras la emoción de ser el elegido como protagonista. "Que no me hagan hacer una prueba", suplicaba cuando le llamaron. Sí que la tuvo que hacer y la superó con creces. Con él lo tuvieron claro, pero había que elegir a la chica. Unas 500 actrices aspiraron a este papel pero solo una contó con "la belleza y sensibilidad cómica" que requería el personaje de Buttercup.

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Cary Elwes y Robin Wright en 'La princesa prometida'

Entonces apareció Robin Wright –que años más tarde volvería a encandilar al público con su papel de Jenny en Forrest Gump–. "Mi incomodidad debió de ser obvia, porque Rob me dio un ligero codazo en las costillas y me lanzó una sonrisita que parecía decir: ¿Qué, tengo razón o no? (…) Para ser sincero, no pude concentrarme mucho en nada después de ese primer encuentro con Robin".

Primera escena entre llamas y los RAG

La primera escena que rodó junto a Robin Wright fue en el Pantano de Fuego, que en el guion aparecía así descrito: "No tiene realmente peor aspecto que cualquier otro horror infernal y sulfuroso con el que te puedas topar. Unos árboles gigantescos bloquean el sol". El vestido de Buttercup terminaba cubierto de llamas, con fuego real aunque la falda era ignífuga. Goldman, que se encargó de la adaptación del guion de su propio libro, se asustó tanto que paró el rodaje al grito de: "¡Su vestido está ardiendo!". Hubo que repetir la toma y el escritor se sintió culpable hasta bastantes días después.

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Hablamos de un rodaje de 1986, es decir, con unos efectos especiales bastante rudimentarios. Cualquiera que haya visto la película –y si no lo ha hecho, este es un buen momento– recordará a los Roedores de Aspecto Gigantesco, abreviando, los RAG del Pantano de Fuego. Eran unos bichos enormes y asquerosos a los que había que dar vida sin que interviniese un ordenador. Se optó por "personas pequeñas disfrazadas con traje de rata". Una de ellas tenía bastante experiencia en estos asuntos, ya había interpretado a un ewok de Star Wars. Rodaron bajo "veinte kilos de látex, goma y pelo falso". "No te preocupes, los dientes son de goma", le dijeron al protagonista.

"Cada pocos minutos, comprobábamos que los que estaban dentro de los disfraces de RAG no se asaban. Solo llevaban camiseta y calzoncillos", recuerda Elwes. "Solo podía esperar que a nadie le importara que, de algún modo, los efectos especiales parecieran encantadores en lugar de cutres (que, por suerte, es exactamente lo que sucedió)".

El día del rodaje, uno de los actores que debía dar vida a un RAG no apareció ante el estupor de todo el equipo. Elwes recuerda con gracia y cariño cómo, tras varias horas de espera, el especialista acudió a su puesto y les contó, apesadumbrado, que la policía le había detenido por exceso de velocidad y conducción ebria. Sus gritos de "¡Soy actor! ¡Tengo que ir a trabajar!", no le sirvieron para escapar del calabozo. Producción pagó su fianza.

La frase maldita

"No puedo mover los brazos". A priori, no parece una frase demasiado complicada para un actor. Sin embargo, se convirtió en la frase maldita. Cada vez que Cary Elwes intentaba pronunciarla, un ataque de risa embargada a los intérpretes y al equipo técnico. Hubo que repetirla una y otra vez.

La frase correspondía a la escena en la que Westley, Íñigo Montoya y Fezzik se disponen a asaltar el castillo. Todo iba bien. Elwes siguió el guion y dijo "no puedo mover los brazos", pero entonces André el Gigante, un tipo de de más de 200 kilos que "podía beberse cien cervezas de una sentada" y comía al mismo ritmo, "se tiró uno de los pedos más monumentales que ninguno de nosotros había oído jamás". Ha pasado más de un cuarto de siglo de aquello, pero el actor recuerda perfectamente esa "verdadera sinfonía de aflicción gástrica", lo bastante larga para que "cada uno de los miembros del equipo tuviera tiempo de dejar lo que estaba haciendo y reparar en ello". Tras el estupor inicial, la reacción de André fue una sonora carcajada.

Durante las siguientes tomas fue imposible mantener la compostura. Elwes trataba de decir "no puedo mover los brazos" pero esto desataba las risas de todos. "Cuanto más trataba de no pensar en el pedo, más imposible se me hacía", recuerda el actor. "Continuábamos partiéndonos de risa, estropeando una toma tras otra, hasta que llegó el punto en que no podía ni siquiera mirar a André sin que los dos perdiéramos los papeles".

Muchos recuerdos

Como desees cuenta con fotos del rodaje y con el testimonio de la mayoría de los responsables del proyecto, incluido Rob Reiner, director de la película, que se hace cargo del prólogo. El tono que usa Elwes, junto a las divertidas y curiosas anécdotas, hacen de este libro una opción perfecta para aquellos que hayan disfrutado de la película, pero también, simplemente, a los amantes del séptimo arte.

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Mandy Patinkin en el papel de Íñigo Montoya

Aparecen las clases de esgrima, los intríngulis tras los focos y las divertidas desventuras protagonizadas por Robin Wright, Mandy Patinkin, André el Gigante, Billy Crystal o Wallace Shawn.

Cary Elwes. Como desees, historias inconcebibles del rodaje de La Princesa Prometida. Traducción: Luz Achával. Ático de Libros, 2019. ISBN: 978-84-17743-17-8. Páginas: 264

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