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Félix Jimenez: "La comedia es la tragedia de otro a cierta distancia"

El escritor y guionista manchego publica Yoga a primera vista, una divertida historia cargada de enredos y humor.

Jorge es un "imán de catástrofes", un tipo con treinta y pico años "pero un poco Peter Pan y bastante inseguro" que un día descubre que la chica que le gusta asiste a clases de yoga. Ahí que se apunta sin pensárselo dos veces. Sin tiempo para asimilarlo y con la misma flexibilidad que el palo de una escoba, se halla en una clase avanzada de yoga para conquistar a la chica de sus sueños.

"Me parecía imposible que mi cuerpo pudiera hacer bien algún día las posturas del arado o el puente. Intentar esta última me daba ganas de ventosearme, lo que me parecía peligroso si de lo que se trataba era de comenzar una historia de amor".

Yoga a primera vista (Planeta) es la novela del guionista y escritor Félix Jiménez Velando (Fuente Álamo, Albacete, 1970), una historia ligera y cargada de humor en la que el protagonista cae en una espiral de desastres, un descenso en picado en su vida que parece imposible de remontar, con un menú de problemas laborales, sentimentales y legales a cual más asfixiante. "Necesitaba que le pasaran cosas malas para ir creando comedia, quizás se me ha ido un poco de la mano", reconoce su autor.

—Hola —dije—. Venía porque quería hacer un curso de yoga.
—Kundalini —dijo ella.
—Encantado. Yo, Jorge —y alargué mi mano.
Ella se carcajeó, lo que no correspondía con aquel ambiente de calma.
—Perdona. Que si quieres hacer yoga kundalini —se explicó—.

Andrea es la chica a la que trata de conquistar, un personaje que aporta "la sensatez" a un mundo "lleno de payasos y locos". "El humor puede surgir de cualquier situación. A mí no me gusta cierto tipo de humor que viene a despreciar al débil, pero el resto sí. Mark Twain decía que ‘el humor es igual a tragedia más tiempo'. La comedia es la tragedia de otro a cierta distancia. Si lo ves desde fuera, se ve gracioso. Son cosas malas, pero no muy dramáticas. Como el personaje, a veces, se merece todo lo malo que le pasa, tiene hasta un poco de justicia".

Con humor, Félix Jiménez disecciona a la propia sociedad, un zoológico —a veces espeluznante— donde caben modernos, solitarios con ordenador, hípsters, yoguis, veganos, crudívoros y caraduras sin remedio. Con este plantel de actores, se interna en el escabroso mundo de las relaciones de pareja. "Somos una sociedad muy intercomunicada pero hay mucha soledad. Cuando los británicos han llegado a crear un ministerio para combatir la soledad, algo está pasando. La sociedad siente soledad, agonía y estrés", explica. "Hay muchos anuncios de app como Meetic o Tinder, eso significa que facturan mucho porque hay mucha gente intentando buscar una relación. Está muy presente y hay que hablar de ello, no hay que avergonzarse. Hay todo un negocio y toda una necesidad", añade el autor.

Tragedias y tropiezos de andar por casa

Todo lo que ocurre en Yoga a primera vista está "un poco exagerado para buscar la comicidad" pero no fuera de los límites de la realidad. El protagonista se enfrentará a pueblerinos resabiados, puretas extremos del yoga, taxistas con intenciones ocultas, porteros deslenguados y con Rufi –ojo con Rufi– un vagabundo que pide limosna en la estación de Plaza de Castilla y que le conducirá al caos: "Yo he sido siempre un poco pardillo. Bueno, nunca he dejado de serlo. Y cuando llegué a Madrid me encontraba mucho a un tipo que me pedía dinero para ir a un sitio al que nunca iba. No me molestaba que me pidiera dinero, sino que no se acordase de mí y me contase siempre el mismo rollo".

El trabajo como guionista de Félix Jiménez se refleja en la destreza con la que recrea escenas con varios personajes, los diálogos resueltos y el ritmo narrativo que contiene la novela. Además, da veracidad al propio protagonista, que comparte su profesión. "El lector puede echarse unas risas y ya de paso conocer el mundo de la tele por dentro, algo exagerado pero real, y aprender un poco el mundo del yoga".

"Mi puesto de trabajo no era un escritorio en una buhardilla, sino un cubículo de la planta dos de un edificio de la calle catorce. A uno y otro lado, naves. En la de la izquierda fabricaban juntas. En la de la derecha, componentes ópticos. Nosotros, en medio, fabricábamos series y programas de televisión".

Humor como terapia

Jiménez Velando pone en valor el humor. "Durante la pandemia se ha demostrado que necesitábamos un escape, unas risas. De pronto me descubrí a mi mismo viendo Frasier después de tantos años, necesitaba dosis de risas". En este sentido, cree que ha cambiado la percepción y la sensibilidad hacia la comedia de unos años atrás, tanto en literatura como en el mundo audiovisual. "En España tradicionalmente se han hecho series con un humor familiar, pero ahora, con tantas plataformas, el humor negro también tiene su cuota. Hay quien juega a buscar el límite con un humor corrosivo y me parece bien. Lo que no me parece bien es que luego se quejen por las críticas. Hay que asumir que a la gente no le guste nada y lo diga. Están en su derecho".

Ha sido guionista de series como 7 vidas o programas como Las noticias del guiñol y admite que, ahora que se juzga el pasado con ojos actuales, quizás muchos de sus chistes no pasarían el filtro. "Hay cosas que hoy en día rozarían mucho. En 7 vidas hay chistes que, para un público generalista, hoy no encajarían. También hay chistes de Martes y Trece que hoy son impensables. Pero a mí nunca nadie me ha dicho 'quita esto o aquello'. Es más peligrosa la autocensura".

Cree que la comedia narrativa está denostada frente a otros géneros literarios. "El humor se ha visto siempre como una cosa ligera pero luego se alaba el humor en Cervantes. Llegas a maestros del humor británico como Evelyn Waugh y te encuentras que sus novelas más humorísticas son tratadas como algo menor y las más serias y atormentadas están en un altar. Valoro muchísimo a alguien que, con un papel, me hace reír. Es muy difícil".

Félix Jiménez Velando trabaja como guionista de televisión desde hace veinte años para
series como Física o Química o El secreto de Puente Viejo. Ha publicado las novelas infantiles Yo de mayor quiero ser súper héroe y Calcetines y el libro de cuentos de humor Te vas a reír cuando te lo cuente.

Félix Jiménez Velando. Yoga a primera vista. Planeta, 2020. 400 páginas. 19.90 euros.

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