Menú

El rompecabezas familiar de Eduardo Halfon: secuestros, Auschwitz y desapariciones

El escritor guatemalteco, una de las voces más destacadas de la literatura centroamericana actual, publica Canción.

El escritor guatemalteco Eduardo Halfon, una de las voces más destacadas de la literatura centroamericana actual, está construyendo su historia familiar novela a novela. Casi por capítulos, nos adentra en una familia errante, de espíritu nómada, mientras que ahonda en asuntos universales como el desarraigo, la identidad o los secretos intergeneracionales. Su último libro es Canción (Libros del Asteroide), un título que responde al apodo de un guerrillero: "Lo llamaban Canción porque era carnicero". Así de imprevisible resulta el universo Halfon.

La prosa del guatemalteco, ingeniero judío que ha residido muchos años en Estados Unidos y Francia, lo convierten en un escritor peculiar. Escupe recuerdos según le vienen a la mente, los suelta en cada una de las páginas y es el propio lector quien los va ordenando como un puzzle en el que todo cobra sentido. Bajo una prosa aparentemente sencilla oculta pesadas reflexiones y temas capitales de las que hace partícipe al que sostiene su libro. Una fórmula muy eficaz. Defiende que sus novelas son ficción y la ficción como tal es una mentira sustentada en la verdad más cierta. Su familia le reporta las más gratas inspiraciones.

Todas sus novelas convergen. En Duelo (Libros del asteroide) conocimos la trágica historia de su tío Salomón, desaparecido en un lago de niño; un asunto que resuena en Canción. El fantasma sigue ahí porque el dolor acompañó siempre al abuelo. No al abuelo que fue prisionero en Auschwitz y que escondía la razón por la que lucía un tatuaje en el brazo con un número –historia que nos contó en El boxeador polaco (Libros del Asteroide)–, sino al abuelo "libanés, que no era libanés", el que secuestraron.

Una fría mañana de enero de 1967, en plena guerra civil de Guatemala, un comerciante judío y libanés es secuestrado en un callejón sin salida de la capital. "Nadie ignora que Guatemala es un país surrealista", había afirmado años antes. "Tiburón: nombre dado por los guerrilleros de las Fuerzas Armadas Rebeldes a la patrulla de policía que usaron aquella mañana de enero para el secuestro de mi abuelo, o más bien al carro que usaron como patrulla de policía". (Pág.38).

Revisa esta historia un narrador llamado Eduardo Halfon, nieto del secuestrado, durante un viaje a Japón, invitado a un congreso de escritores libaneses. Los límites entre la realidad y la ficción solo el autor los conoce, es perturbador pero no importa, porque Halfon repasa la historia reciente de Guatemala endulzado por sus recuerdos. "Se estima que para cuando fue secuestrado mi abuelo, en enero de 1967, había ya alrededor de trescientos guerrilleros en el país. Edad media: veintidós años. Tiempo medio en la guerrilla antes de morir: tres años" (pág.40).

La guerrilla guatemalteca fue creada, dice el autor, por un fantasma y un caimán. Dos oficiales del levantamiento que lograron huir a la montaña salvándose del fusilamiento. También nos cuenta cómo el futuro de una bella joven proclamada como Miss Guatemala acabó teniendo un trágico desenlace en su papel de guerrillera. Y de cómo la posibilidad de que te pongan una capucha negra y te monten en la parte trasera de un coche siempre sobrevuela las opciones de desenlace de un día normal, hasta cuando te cruzas con un tipo que te dice "tú ya no eres secuestrable".

Eduardo Halfon. Canción. Libros del asteroide, 2021. 109 páginas. 14 euros.

Temas

En Cultura

    0
    comentarios