Antes de ser elegido presidente de Ucrania, Volodymyr Zelenski interpretó ese papel en su propio programa de televisión. En 2019 llegó al poder de una manera distinta, prometiendo una renovación del sistema y la solución definitiva al conflicto con los separatistas prorrusos en el este del país. Lo que le ha tocado vivir, sin embargo, ha sido todo lo contrario. El estallido de la guerra contra la Rusia de Putin le colocó en una situación delicada, viéndose obligado a decidir entre salvar el pellejo y abandonar al pueblo que le eligió o permanecer firme para liderar la resistencia. Su decantación por la segunda opción, sorprendente al principio, le ha terminado convirtiendo en todo un fenómeno mundial. Un símbolo del ideal democrático occidental contra el autoritarismo del invasor.
La última prueba de su relevancia internacional acaba de llegar a las librerías. Y es que TidalWave Comics acaba de publicar una novela gráfica que narra la biografía del último héroe contemporáneo: Political Power: Volodymyr Zelenski. Por sus páginas se desarolla la vida del cómico que hizo reír a todo un país para después asumir el liderazgo en el momento más dramático. El bufón con sentido de Estado que supo permanecer serio cuando la situación más lo requería, en una imagen antitética de lo que, para muchos, son la mayoría de políticos en la actualidad.
Michael Frizell, escritor de la obra, explicó hace una semana que su intención era investigar sobre la figura del líder más inesperado que ha sacudido las conciencias de medio mundo. "¿Qué es lo que le mueve?", se preguntó. Y de esa forma, junto al dibujante Pablo Martinena, dio a luz al último curioso homenaje para un hombre que continúa en guerra y pidiendo ayuda para derrotar a la gran amenaza del orden occidental en nuestra era.
Ópera de Kiev
La publicación de la novela gráfica coincide con el último gran símbolo que ha conseguido llevar a cabo el propio Zelenski en la vida real: abrir la Ópera de Kiev. Un gesto simbólico que encierra un mensaje: decirle al mundo que los ucranianos conservan fuerzas para continuar, y trasladarle a toda la población el bálsamo de la música, como un descanso en mitad del camino, o un refugio en tiempos de incertidumbre.
De momento, el pasado 21 de mayo ya sonó El barbero de Sevilla, de Rossini, rompiendo un silencio que duraba ya tres meses. Y este mismo martes, 24 de mayo, se representará el Rigoletto de Verdi.