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El diario de 'My Fair Lady': el día que Audrey Hepburn creyó ser guapa

Sesenta años después del rodaje del mítico musical, se publican por primera vez en español los cuadernos que escribió Cecil Beaton.

Sesenta años después del rodaje del mítico musical, se publican por primera vez en español los cuadernos que escribió Cecil Beaton.
Audrey Hepburn en 'My Fair Lady' | Cordon Press
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El polifacético artista Cecil Beaton huyó de la mediocridad. Sentía una atracción irremediable por la belleza y la exquisitez que, bajo el objetivo de su cámara, radiaban glamur puro. Inmortalizó a destacados personajes de la realeza y la aristocracia europeas, estrellas de Hollywood e iconos de la cultura (Balenciaga, Picasso o Isabel II). A lo largo de su carrera se reinventó en varias ocasiones, sin ni siquiera sopesar que pudiera ser demasiado tarde. Con 60 años, asumió uno de los proyectos que más satisfacción le reportaría: el diseño del vestuario, la fotografía y la dirección artística de la adaptación cinematográfica del musical My Fair Lady, de George Cukor, un proyecto por el que se "dejó la vida".

Con motivo del 60 aniversario del estreno de la mítica película, la editorial Hatari Books ha publicado por primera vez en español el diario del rodaje que escribió Cecil Beaton. Siete cuadernos que guardaba con recelo en la caja fuerte de su hotel. En este diario, nos encontramos a un inglés enamorado de la estética y la elegancia, imbuido por una industria con grandes intereses económicos y un equipo que se desmadraba por momentos. Debe haber algo más que discutir con peluqueros que opinan de todo, se preguntaba.

Beaton debía lograr que su vestuario y atrezzo transicionaran hasta convertir a la florista callejera interpretada por la gran Audrey Hepburn en una dama de la alta sociedad. My Fair Lady fue nominada a 12 Oscar y se llevó 8 estatuillas, dos para Cecil Beaton: dirección de arte y vestuario.

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Audrey Hepburn en 'My Fair Lady'

El fotógrafo ya participó en la producción teatral, primero en Broadway luego en West End. Warner se hizo con los derechos para una adaptación cinematográfica por un precio récord de 5 millones de dólares. En su paso a Hollywood, se sustituyó en el papel de Eliza a Julie Andrews, que cantaba sus canciones, por Audrey Hepburn, que debía ser doblada pese a sus esfuerzos. Una nimiedad teniendo en cuenta que "su pureza y serena integridad son cualidades inusuales". (Pág. 85) Para alguien que adora el refinamiento como Beaton, Hepburn era un capricho: "Estaba adorable con cualquier sombrero".

Cecil Beaton refleja su adoración por la protagonista de Desayuno con diamantes. "Uno da por hecho su vitalidad y su encanto, pero solo cuando se ven los resultados bajo una lupa que te das cuenta de eso que dijo Jack Warner: "ella es una entre un millón". De alguna manera, el celuloide, acentúa sus expresiones de ternura, humor, diversión, orgullo y gimoteo infantil". (Pág. 134). La personalidad de la actriz, escribió Beaton, la hace "mostrarse como quien es" y la convierte en "un sujeto ideal para la fotografía", lejana de aquellas actrices que solo "permitían ser fotografiadas desde un ángulo determinado" creando una "imagen pública completamente falsa". La describe como una gran profesional, entregada, inconformista, de "extrema delgadez" por el hambre pasado en posguerra y frágil como pocas.

El afecto y la admiración fueron mutuos. "Desde que tengo uso de razón, he deseado ser guapa. Anoche, mirando las fotos, durante un breve instante, me pareció serlo, y todo gracias a ti", le dice ella. (Pág. 104).

En este diario se incluyen numerosos retratos de Hepburn, con el extraordinario vestuario diseñado para la película, un regalo para los aficionados a la fotografía y a la moda. También fotos del rodaje y bellos figurines. Beaton cuenta que se inspiró en Ascot, de luto por la muerte del rey Eduardo VII en 1910.

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Audrey Hepburn en 'My Fair Lady' | Cordon Press

My Fair Lady fue uno de los grandes proyectos del polifacético artista. "No se suelen hacer películas de 17 millones de dólares, y menos aún una película como My Fair Lady. ¿Cuántas veces se le ha dado a un diseñador la libertad de hacer algo como la escena de Ascot? ¿Quién puede ser mejor que Audrey Hepburn para vestir tus diseños? Es reconfortante pensar que he formado parte de un entretenimiento que va proporcionar satisfacción a mucha gente". (Pág. 259). Sesenta años después, ese goce sigue vigente.

Cecil Beaton. My Fair Lady. Diario de rodaje. Editorial Hatari Books. Páginas: 286. ISBN: 978-84-947885-6-7.

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