Tim Schwab, un prestigioso periodista de investigación estadounidense, publica en español El problema de Bill Gates (Arpa), una investigación que pone en duda el altruismo de la Fundación Gates. Schwab repasa la personalidad del fundador de Microsoft, empañada por su sonado divorcio, las acusaciones de mala conducta en su empresa y su relación con la Organización Mundial de la Salud y la industria farmacéutica durante la pandemia. Pero, sobre todo, analiza el lado menos solidario de su Fundación.
En El problema de Bill Gates, el autor hace referencia a los libros sobre uno de los hombres más ricos del mundo, la mayoría escritos en la década de 1990 y principios de 2000, en los que aparecen descritos su espíritu dominante y su agresividad. "Tales relatos pormenorizan su comportamiento impetuoso, agresivo, arrogante e incluso bravucón, parece que hacia todo el mundo, amigo o enemigo. Gates no era solo un hombre apasionado, sino también un ser profundamente emocional, a menudo descrito como infantil por su incapacidad o falta de voluntad para controlar su temperamento".
Pero su investigación no se limita a condenar la conducta de Gates, sino que pone el foco en "cómo utiliza la filantropía para ejercer un inmenso poder político sin control alguno". Schwab argumenta que Gates es "un narcisista codicioso y autoritario, convencido de su enorme importancia y rectitud y decidido a imponer sus valores, soluciones y liderazgo moral, político y económico al resto de la Humanidad".
"Ya a finales de la década del 2000 había invertido más de 20.000 millones de dólares en la recién creada Fundación Gates. Se había convertido de repente en el filántropo más generoso del planeta y, al mismo tiempo, el hombre más rico del mundo, con una fortuna personal de 60.000 millones de dólares. Paradójicamente, disfrutaría de estas dos distinciones durante décadas, porque, por mucho dinero que regalara, siempre parecía seguir siendo el hombre más rico del mundo", escribe el autor.
El periodista estadounidense muestra cómo los miles de millones de la Fundación Gates sirven para "obtener un increíble nivel de control sobre las políticas públicas, los mercados privados, la sanidad, la investigación científica y los medios de comunicación".
Por ejemplo, rastrea cuando la Fundación Gates empezó a donar cientos
de millones de dólares a las redacciones de The Guardian, Der Spiegel, Le Monde, ProPublica o NPR.
Los reportajes sobre la Fundación Gates de Tim Schwab han sido galardonados con múltiples premios, entre ellos un Izzy Award del Park Center for Independent Media y un Deadline Club Award de la Society of Professional Journalists, y fueron nominados al premio Pulitzer.
El problema de Bill Gates ha recibido críticas muy favorables. "Quien lea este feroz trabajo de periodismo no volverá a mirar a Gates de la misma manera, dijo The Times; "Una mordaz denuncia a la Fundación Gates como una operación laberíntica que ejerce un poder político y una influencia desproporcionados bajo la apariencia de la filantropía", escribió The New York Times; "Léalo y conozca la brutal verdad: no hay nada altruista en el multimillonario favorito del mundo", apunta Thomas Frank, de Wall Street Journal.