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'Cuando se hiele el infierno': los bajos fondos del Hollywood de los años 40

El escritor burgalés Miguel Fortea firma una novela negra para cinéfilos, con gánster, corrupción y un punto de humor.

El escritor burgalés Miguel Fortea firma una novela negra para cinéfilos, con gánster, corrupción y un punto de humor.
Detalle de 'Cuando se hiele el infierno', de Miguel Fortea | Avizor Ediciones

Los lectores conocieron a José Dalmau, un policía republicano que sobrevivía al convulso Madrid de los años 30, en La ciudad del trueno (Plaza y Janés) y le acompañaron en sus siguientes vivencias en De deudas y muertos (Avizor ediciones). Este tipo peculiar regresa y, esta vez, lo hace en un escenario radicalmente distinto, el Hollywood de los años 40. Es la novela Cuando se hiele el infierno (Avizor ediciones), de Miguel Fortea (Burgos, 1965).

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No hace falta haber leído las dos anteriores entregas. Se trata de una novela independiente que, de hecho, gustará a otro perfil de lector, uno más cinéfilo, puesto que sus páginas desprenden el gusto de su autor por el cine clásico y la novela negra.

En Cuando se hiele el infierno, Dalmau ha dejado atrás España y llega a EEUU en plena II Guerra Mundial. Tras meses dando tumbos por el país, no con mucha fortuna, recala en Los Ángeles y prueba suerte a las órdenes de un "tal Mayer", el mandamás de uno de los estudio en boga: "Hice de figurante en muchas películas, casi siempre de soldado o de gánster, casi siempre de latino, casi siempre de malo". (Pág.25).

Hasta que, finalmente, se hace cargo de la seguridad de una estrella emergente de la Metro Goldwyn Mayer, Leslie Osmond, "demasiado guapo para ser un hombre", un tipo problemático que ha recibido alguna que otra amenaza y que un día no vuelve. Su búsqueda le abrirá las puertas a un mundo significativamente opuesto al glamour de los focos y los platós, el de los bajos fondos de Los Ángeles, en el que aparecen gánster de la vieja escuela, corrupción y violencia. Un plantel de secundarios, seres sin rumbo, plagan ese mundo oscuro en el que se adentra Dalmau.

Es una novela muy cinematográfica, con guiños a películas clásicas de la época - con los títulos cambiados- así como a sus estrellas. La ambientación no describe Los Ángeles, sino la ciudad de cartón piedra de los estudios y todo el entramado que lo sustenta.

Hay un punto de humor que enriquece la narración - "Solía despertar más interés entre los tipos rudos que entre las mujeres. Debía de tener algún defecto de fabricación" (Pág.7) - y que aumenta en consonancia con lo explícito de la violencia, creando un contrapunto interesante. Y, por supuesto, hay mucho whiskey porque "las musas se encariñaban con los alcohólicos" (pág.65).

El autor aprovecha para intercalar reflexiones: "El cine había acabado con el teatro y ahora la televisión empezaría a eliminar el cine. Así era la selección natural de la especie en la evolución humana, lo más estúpido siempre prevalecía".

Miguel Fortea. Cuando se hiele el infierno. Editorial Avizor ediciones. 325 páginas.

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