Buenas noches, amigos. Soy Carmen Pulín. Lo prometido es deuda. El otro día dije que iba a reseñar también por escrito lo último de Agapito Maestre... y éste es el fruto de mi trabajo. Espero que os guste.
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Del sentimiento titula Agapito Maestre este breve ensayo. Un "tratado breve", lo llama él, que transmite al lector una idea muy clara: el cine de Garci es sentimiento.
No nos engañemos, como hacen tantos críticos que se ponen estupendos y miran por encima del hombro las películas de este director: sentimiento no es sentimentalismo. Nada más alejado del cine de Garci que la sensiblería, a la que se opone tenazmente, con la misma fuerza con la que lucha contra el relativismo moral de nuestra época.
Con la mirada limpia, libre de prejuicios, Agapito Maestre va repasando las películas de Garci y nos muestra la idea central que late en cada una de ellas: el amor. Amor en todas sus formas: Amor-pasión. Amor a los padres. Amor-amistad. Amor a Dios. Amor a la patria.
Es éste un libro que nace de una forma de amor muy especial, el amor-amistad. La amistad, confiesa Garci en el prólogo, ha ido siendo más importante para él conforme ha ganado años, de forma que ahora no concibe amor y amistad por separado. Precisamente de su amistad con Agapito nace este libro. Garci se ha negado tenazmente durante años a que su cine fuera objeto de un estudio como el presente. Una mezcla de timidez, modestia y –también– vanidad había hecho las veces de barrera insalvable, que ha terminado derribando entusiasmado su amigo Agapito.
El cine de Garci es metáfora de la vida. No es crítica ni análisis de la misma, sólo su retrato. Hay en él una ética y una estética muy claras, pero no es un cine presuntuoso, con mensaje; al contrario: es simple, sencillo, clásico, en el sentido más puro de la palabra. Garci es, quizá, el último director de cine clásico.
La idea que inspiró a Agapito Maestre para escribir este libro nació de unos versos de Unamuno. "Piensa el sentimiento, siente el pensamiento", dice el "Credo poético" del bilbaíno. El cine de Garci es "un sentimiento que piensa y un pensamiento que siente". Hay en él verdadero sentimiento, algo mucho más profundo que la suma de unas emociones efímeras.
La de Unamuno no es la única influencia que el filósofo descubre en el cineasta: "Garci es poeta y músico, historiador, cuentista, filósofo y teólogo, sastre e iluminador, pícaro y sabio". Un pintor, un músico, un verdadero artista español, en la tradición de Cervantes, de Velázquez, de los grandes de nuestra cultura.
Es éste un libro que va más allá de la crítica de cine. Y si bien su autor dice que no es cinéfilo, no puedo estar de acuerdo con él en este punto. Cada una de sus páginas demuestra que ama el cine y lo comprende, a veces, mejor que muchos críticos y cinéfilos confesos. Con contagioso entusiasmo nos invita a ver las películas de Garci, y, si ya las conocemos, a releerlas. Al hacerlo descubriremos cosas nuevas sobre él, sobre el cine, sobre nosotros. Sobre la vida.
Del sentimiento gustará a todos los que aman el cine y, de manera especial, a los seguidores del añorado espacio "Los Catedráticos". La lectura de este libro hace imposible olvidar esas tertulias en las que una idea, un concepto, llevaba a otro; una hora en la que Dieter Brandau, Agapito Maestre y Gabriel Albiac nos hacían pensar, soñar, descubrir ideas que ni siquiera sabíamos que albergábamos; gozar con la filosofía, los libros, la música y el cine.
No dejéis pasar este libro: es un hermoso ejercicio de filosofía, de vida y de amistad.
Agapito Maestre: Del sentimiento, Notorious, Madrid, 2012, 188 páginas.